Venezuela Concurso - Semana 6 – Al Mal tiempo…

Gracias @marcybetancourt por esta inciativa, saludos Steemians venezolanos

Propuesta:

María era una mujer PALABRA que vivía en la ciudad de NOMBRE DE CIUDAD. Se levantaba muy temprano, hacía café y PALABRA para desayunar. A ella le gustaba PALABRA e iba todos los días para la PALABRA a ejercitarse. Después, se arreglaba para ir al PALABRA.

Una mañana se encontró con Alberto quien estuvo enamorado de ella desde que eran adolescentes. Pero el encuentro no fue casual, pues Alberto le regaló unas PALABRA.

María, haciéndose la PALABRA, le dijo: REFRÁN

Alberto le sonrió tímidamente.

Esa misma mañana, María conocería a Pedro un hombre PALABRA que se encontraba en la frutería. Ella sintió ANIMAL en su estómago.

Entretanto, Alberto que la siguió de cerca vio como los ojos de María brillaban por aquel hombre. Los celos se le subieron a la cabeza y decidió enfrentar el momento.

-Estimado caballero, debo decirle que a la dama a quien le coquetea es la mujer de mis sueños. Si usted la quiere ganar tiene que primero aceptar mi reto en DOS PALABRAS, -dijo Alberto con vehemencia.

María miró hacia el cielo que estaba COLOR. Algo extraño iba a pasar y ella era la causante de la disputa.

A partir de aquí,
ESCRIBA SU FINAL

Resultado:

Al Mal Tiempo

Fuente

María era una mujer saludable que vivía en la ciudad de Caracas. Se levantaba muy temprano, hacía café y meditaba para desayunar. A ella le gustaba trotar e iba todos los días para la avenida a ejercitarse. Después, se arreglaba para ir al trabajo.

Una mañana se encontró con Alberto quien estuvo enamorado de ella desde que eran adolescentes. Pero el encuentro no fue casual, pues Alberto le regaló unas sandalias María, haciéndose la desentendida, le dijo: ¿Vas a seguir Abigail?

Alberto le sonrió tímidamente.

Esa misma mañana, María conocería a Pedro un hombre regordete que se encontraba en la frutería. Ella sintió mariposas en su estómago.

Entretanto, Alberto que la siguió de cerca vio como los ojos de María brillaban por aquel hombre. Los celos se le subieron a la cabeza y decidió enfrentar el momento.

Estimado caballero, debo decirle que a la dama a quien le coquetea es la mujer de mis sueños. Si usted la quiere ganar tiene que primero aceptar mi reto en la tarde, -dijo Alberto con vehemencia.

María miró hacia el cielo que estaba grisáceo. Algo extraño iba a pasar y ella era la causante de la disputa.

A partir de aquí, nada tenía sentido y los miró minuciosamente, entonces para evitar enfrentamientos violentos les propuso pegarse espalda con espalda atendiendo lo que ella iba a hacer.

Se puso a bailar con los dos llamándolos, ¡cucurucho, mi amor! donde cada quien se atribuyó el piropo a su manera lanzando gestos de picardía.

Hicieron ejercicios bajando y subiendo al mismo tiempo, corrían de un lado a otro, y cada vez que los hombres intentaban separarse les advertía que ninguno iba a recibir una respuesta sincera con todo su corazón.

Los dos se veían cansados y suplicaban descanso

Tengo los dedos encalambrados- rezongó Alberto.

¡Eres tan exigente!- jadeo Pedro con la respiración entrecortada.

De pronto las nubes grisáceas se reunieron desparramando un aguacero, los dos hombres corrieron cada uno para resguardarse abandonando toda posible respuesta de María.

Al mal tiempo, buena cara- Dijo ella dando saltos como en otro tiempo.