LA NATURALEZA Y ALGO MÁS. Desde el alba al ocaso
Hola amigos. Saludos.
Hoy, le voy a dar paso a una amiga para que les cuente su vida.
Adelante.
En la naturaleza muchas cosas se repiten en ciclos. A mi me toco entrar en uno de esos ciclos. Ah, por cierto, soy Rosa, y tengo hermanas mayores y menores. Hoy les voy a contar, brevemente, la historia de mi vida.
Nací siendo un pequeño brote, llena de vida, de entusiasmo. Las personas se interesan por mí. Estaban pendiente de mi crecimiento, de cuando surgiría plenamente. En ese momento no sabía lo que me esperaba. Crecer era lo primordial. Eso esperaban las personas de mi y de mis hermanas. Crecer bajo la protección de nuestra madre. Curiosamente mi madre y mis hermanas también se llamaban Rosa. Así nos pusieron.
Yo, en mis comienzos |
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Como ya les dije, tengo varias hermanas. Algunas son casi de mi misma edad, y como yo, están dando sus primeros pininos. Deben crecer. Eso es lo que se espera de nosotras.
Dos de mis hermanas |
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Y el tiempo pasó tan rápido que cuando me di cuenta ya estaba en mi etapa juvenil, mi adolescencia.
Y llego el día soñado, el día esperado por todos. Esperado por mi y por mis admiradores. Abro por fin mis brazos expandiendo a la vez un fino aroma. Me admiran, me huelen y me toman fotos y fotos. Los oigo hablar de mi, maravillas: que hermosa, quiero una así, es bella, bella y mil cosas más. Es mi madurez, ya soy una adulta joven y estoy en mi pleno esplendor.
En mi pleno esplendor |
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Mis hermanas también han alcanzado su esplendor, lucen radiantes. Preciosas, preciosas, mis hermanas.
Mis hermanas en su esplendor |
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Pero el tiempo no se detiene, avanza sin freno, sin clemencia.
Y llego la vejez. Sin prisa, pero segura. Mis brazos, ya marchitados, no despiden ningún aroma, perdieron su hermoso color. Los siento débiles, a punto de caer. Es mi vejez.
Mi vejez |
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Y llego el ocaso. Inevitable y seguro.
Como se ha de esperar, varias de mis hermanas también llegaron al ocaso.
Ocaso de mis hermanas |
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Bien amigos lectores, esa fue la historia de una amiga que vivió en el jardín de la casa. Allí está todavía su mamá, Doña Rosa, formando más brotes de futuras hermanas de Rosa.
Doña Rosa |
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Espero les haya gustado la historia de Rosa, una hermosa flor.
Hasta pronto.
SALUDOS, UN ABRAZO DESDE SAN FERNANDO DE APURE, VENEZUELA
Una bonita forma de contarnos la vida de esas hermosas rosas. Abrazos