Hola amigos. Hola diario.

Hoy, al revisar las plantas de la casa observé hechos que han permitido conformar este post.

Todos sabemos que el agua es indispensable para la vida. Por lo menos en este planeta. No sabemos si en alguna otra parte del universo existe vida que no dependa del agua. Pero, en este planeta, es fundamental para la vida. Consciente de eso, en época de sequía, ahora riego las matas de la casa todos los días. Esa agua recibida les ayuda a mantenerse, y por qué no, a progresar, aunque sea medianamente, a veces bien.

Pero, comenzaron las lluvias. A veces en llovizna, gotas pequeñas que suavemente van empapando la tierra, ablandando la tierra, llenándola de agua. A veces, en fuertes aguaceros de gotas grandes que caen fuerte e inundan todo. Hay mucha agua disponible para las plantas.

El efecto que causa en las plantas el agua de las lluvias no se compara con nada. Les da una fuerza, un empuje increíble. Es como una fuerza que las impulsa a crecer aceleradamente. Es un impulso a la vida. El agua de mi riego no se compara con este hecho natural.

El agua de las recientes lluvias y las matas o plantas de la casa, ornamentales o no, me lo demuestran. Todas crecieron aceleradamente.

Zona del patio que antes de las lluvias estaba despejada y ahora esta llena de plantas que parece un pequeño bosque. Entre otras surgieron ocumos y capachos que, aparentemente, no estaban ahí.

Donde sembré el toronjil en la tierra estaba seco y con pocas plantas.

En el hueco que se observa en la foto sembré el toronjil. No se veía cerca ninguna otra mata. Solo los porrones donde ubiqué los lirios Bola de Fuego (parte de abajo) y el porrón donde sembré otro toronjil (parte de arriba). La hoja grande que se en el centro a la izquierda es de la mata de cambur.

Ahora surgieron nuevas plantas y crecieron las que están sembradas en los porrones.

Arriba a la derecha se ven varias plantas de ocumo que surgieron. Pensé que se habían perdido, pero allí estaban sus bulbos y el agua les impulso a crecer. Abajo, los lirios de los porrones también aprovecharon y crecieron. En el centro, el toronjil del porrón que lo cambié de lugar. Al lado izquierdo de este porrón se aprecia, poco, pero se aprecia, el toronjil que sembré en el suelo. El tallo de la izquierda es un hijo del cambur que, con la lluvia, creció también.

Donde sembré el otro toronjil en la tierra se lleno de varios tipos de plantas que para poder ubicar al toronjil tuve que poner una cabilla.

En este sitio sembré el toronjil. Estaba más despejado cuando lo hice. El agua de las lluvias hizo que el monte creciera rápidamente. Coloqué una cabilla (C) para ubicar fácilmente el toronjil. Ahora me toca la tarea de despejarle el área. Lo malo es que hay matas urticantes.

También aparecieron otras plantas en diversos sitios. Veamos.

Dos Caladium se hicieron presentes.

Uno de los Caladium que aparecieron. Tiene hojas con los bordes de color verde y el resto es rojo. Esta es conocida como Caladium Red Ruffles.

El otro.

El otro Caladium Red Ruffles. Ahora me toca la tarea de ubicarlos en lugar más adecuado como porrones.

Reapareció el guaritoto.

En varias partes del patio se hicieron presentes matas de guaritoto. Aquí una muestra. Quiero eliminarlos. No lo he logrado y eso que las arranco de raíz.

La fregosa agarró fuerza.

La mata de fregosa se expandió con varias ramas. He aquí una de ellas.

Matas de jengibre también dijeron presente.

En la parte delantera de la casa, en el jardín, el monte también creció, pero con él las plantas de jengibre que cría perdidas porque, supuestamente, las había matado una plaga o parasito. Pero, aquí esta una de ellas. Es la que parece una palmita en la parte de arriba.

Igualmente apareció un lirio.

Este lirio (en el centro) surgió en la parte derecha del jardín. Creo que es un lirio Bola de Fuego. Como llegó ahí, ni idea. Alguien debe haber sembrado el bulbo hace tiempo.

Para finalizar esta muestra lo haré con la mata de Rosa que se expandió más.

La mata de Rosa ubicada en el jardín aprovecho el agua de las lluvias para expandirse más. Toca podarla.

Como ven, con esta pequeña muestra apreciamos como el agua de las lluvias impulsa la vida, les da fuerza a las plantas. El impulso que le damos cuando las regamos es distinto al impulso que le da el agua de las lluvias. Bendita lluvia.

Claro, las plantas, además del agua, cuenta con otros aliados: el aire, la tierra y el sol.

Gracias por leer. Hasta pronto.

SALUDOS, UN ABRAZO DESDE SAN FERNANDO DE APURE, VENEZUELA