─¿Por qué me trajiste aquí?
─Fue ahí donde pasó; en la playa. Desde aquí vi cómo las olas se desprendían del mar y salían volando como gaviotas.
─Es imposible.
─Me sorprendió que fueran tantas. Me asomé y vi cómo antes de estrellarse con la arena, las crestas de las olas se abrían y al instante eran crestas de aves.
─Seguro era algún reflejo, el agua es engañosa.
─Corrí a la playa y cuando me vieron, las olas retrocedieron asustadas, las que venían detrás chocaron con las que estaban retrocediendo.
─A lo mejor retrocedieron porque el viento las obligó.
─Cuando chocaron… ¡no me lo vas creer!, no vi el borbollón de agua, sino plumas. Hice que se ahogaran las gaviotas.
─Deja de culparte. Si las olas se desprendían del mar para ser gaviotas, las gaviotas al caer al mar pudieron volver a ser olas.
─¿Tú crees? ¿Y entonces por qué no retoman el vuelo?
─Porque no les gusta que las vean. Vámonos, mamá empezará a preocuparse. No le gusta que ande contigo.
─Porque dice que soy raro.

La tarde envió un eco. El chico de las gaviotas se asomó, pero el cielo seguía despejado. Era la décima tarde que iba a esa casa, y nada. ¿En verdad tenía que pasar algo? Por un momento creyó que el eco era el canto de las gaviotas, pero se convenció de que todo fue mentira, y salió corriendo.

─¡Las veo! ─dijo el compañero. Antes de estrellarse contra la arena las crestas de las olas se abren y se vuelven aves. ¡Es cierto!, las olas se desprenden y salen volando en forma de gaviotas. ¡Te creo!

Pero se dio cuenta de que estaba solo y no corrió a la playa porque no quería que al verlo, las gaviotas retrocedieran y murieran ahogadas.

Agradecido con la comunidad de #VenezolanosSteem por apoyar estas iniciativas y a @oacevedo por mantener su labor.