Saludos respetuosos para ti, @skinnygirl.
He leído distintas publicaciones tuyas de esta serie que curiosamente titulas El mundo de las palabras extrañas. En verdad, creo que le va muy bien el nombre que le has colocado.
Yo soy muy anticuada y amante de los términos avejentados y caídos en desuso de los cuales he encontrado por montones en tus posts. Lamentablemente el común de la gente rehúye de ellos para no ser tildados de raros o de viejos. Yo, aunque socializo poco, las evito para no tener que ir definiendo cada palabra.
De tu retahíla Sasa y su séquito adoro extraer la forma senectud, a propósito de lo viejas de las palabras en cuestión y la forma latina sine qua non la cual siempre la oí o vi muy mal empleada. Excepto, por supuesto, en tu texto que está muy bien utilizada.
No conocía la forma siútico. Ahora sé que seré tildada de siútica si empleo muchas de estas palabras en mis diálogos con el común de la gente.
La palabra sátrapa ya casi la había olvidado. La leí hace muchos años en un fragmento de la Biblia y me impactó por su fuerza. Las vocales abiertas tienen ese poder. Más si están multiplicadas como es el caso que nos ocupa.
Por último, me adueño de la palabra saudade. Tampoco la conocía aunque me envuelve con muchísima frecuencia. Es un adjetivo lindísimo. Casi tanto como su sinónimo melancolía.
Me alegra que insistas en rescatar estas palabras de nuestra lengua y demuestres con tus ejercicios literarios los matices que, con su implementación, se le dan a los textos.
Perdona la extensión de mi comentario. Me emociona este tema.
Saludos, @skinnygirl.