El nuevo día se abre.

Sé que el humano receptor de este mensaje tiene el hábito de despertar poco después de las nueve. Picaré un poco de comida por aquí y otro poco por allá. No debo estar muy hambriento, pero tampoco excesivamente lleno.

Debo tener suficiente energía y llegar a su jardín. Él saldrá con una taza de café y se sentará en las escaleras. Justo entonces, bajaré a comer en su presencia para luego pasar volando por su lado diestro y así completar el pronóstico para su vida.

Su proceso ha terminado y es hora de que vea el futuro de una mejor manera.