Es un placer participar en esta interesante temática de la comunidad Venezolanos Steem. Donde podemos contar algunas actividades y alegrías de nuestras rutinas diarias, y con gusto comparto con ustedes.

A veces nos sentimos felices con las pequeñas cosas. Mi nueva planta de trilobata o margarita. Siempre me han llamado la atención las flores de color amarillo, se ven tan alegres que transmiten sensación de entusiasmo y libertad. Siempre que pasaba cerca de una planta de flores amarillas me quedaba observándolos. Cuando descubrí la primera flor amarilla que apareció en mi jardín, me emocioné y, por la alegría, me costaba tomar fotos.

Para mi desayuno, preparé una arepa asada con harina de maíz de las que compramos de las bolsas del CLAP. No son ideales de preparar, a veces salen malas, pero cuando no hay alternativa, me toca comer de esa harina. La acompañé con queso, huevo y café negro. Ordené la cocina y me alisté para salir al cumpleaños de una compañera de la tercera edad. Se estaba reincorporando a las actividades de bailoterapia. Un conductor distraído con su celular, no miró la luz roja y le golpeó la pierna. Se dio a la fuga y le dejó varios moretones. Ya está bastante mejor y nos acompañó.

Mi amiga Elba y la mayoría de las compañeras, nos sorprendimos con la torta. Fue una sorpresa por parte de su prima que también forma parte del grupo. Ella tan contenta que se olvidó que estaba recibiendo elogios y empezó a servir los refrescos y la torta. Casi nunca salgo en las fotos de los grupos, me distraigo tomando las fotos y al final me tengo que tomar una selfie.

No me gusta cocinar pescado. El olor impregna toda la casa y se acercan las moscas para hacer fiesta. Tenía en mi nevera 2 cabezas de cazón y las preparé con 1 kg de verduras y bastante cilantro. Les comento que, cuando pueda, cito la receta. La sopa quedó deliciosa y espesa. La acompañé con una arepa asada y una rodaja de limón.

Con la sopa, me llegó la hora del burro y dormí como dos horas. Al levantarme, ya había llegado mi esposo y mis hijos. Estuvimos charlando un rato hasta que mi hija se retiró a la cocina para preparar la cena. Nos hizo unas sabrosas cachapas con masa de maíz tiernos. Estaba en la nevera, sólo faltaba de agregarle la leche, azúcar y colocarlo en la sartén.