María era una mujer alegre, vivía en la ciudad de Caracas. Se levantaba muy temprano, hacía café y arepas para desayunar. A ella le gustaba entrenar e iba todos los días para la plaza a ejercitarse. Después, se arreglaba para ir al mercado.

Una mañana se encontró con Alberto quien estuvo enamorado de ella desde que eran adolescentes. Pero el encuentro no fue casual, pues Alberto le regaló unas flores.

María, haciéndose la sorprendida, le dijo:

-"Pájaro de mar por tierra"

Alberto le sonrió tímidamente.

Esa misma mañana, María conocería a Pedro un hombre guapo que se encontraba en la frutería. Ella sintió maripositas en su estómago.

Entretanto, Alberto que la siguió de cerca vió como los ojos de María brillaban por aquel hombre. Los celos se le subieron a la cabeza y decidió enfrentar el momento.

-Estimado caballero, debo decirle que a la dama a quien le coquetea es la mujer de mis sueños. Si usted la quiere ganar tiene que primero aceptar mi reto en jugar ajedrez, -dijo Alberto con vehemencia.

María miró hacia el cielo que estaba celeste. Algo extraño iba a pasar y ella era la causante de la disputa.

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Pedro sin dudar ni por un instante, aceptó el reto de Alberto de jugar una partida de Ajedrez para ganar el respeto y la aprobación de cortejar a María.
Entre tanto sonrojada y sudorosa estaba María en estado de shock por lo que estaba ocurriendo a causa de ella y su codiciable cariño.
Pedro y Alberto se sentaron en una mesa de la plaza frente al mercado, con cronómetro en la mesa al lado del ajedrez. Acomodaron las piezas en la tabla y el suspenso comenzó a sentirse en el lugar.
Una amiga de María también hizo acto de presencia en el lugar, cuando recibió el mensaje de su amiga que viniera a socorrerla en el momento más cumbre de su vida amorosa.
Allí Juana, la amiga de María, le preguntó: -¿Cuál de los dos te gusta más?. Ella con una sonrisa pícara y guiñando el ojo, le dijo: - "Con el que mejor proteja a su Reina, con ese me quedo".
Después de dos intensas horas a plena luz del resplandeciente sol Caraqueño, la bella María fué cautivada por el apasionado Alberto, pues la partida de Ajedrez trajo como desenlace final un jaque mate para Pedro y una oportunidad de ser cortejada valientemente por Alberto.
Ese día Pedro conoció a Juana la amiga de María y la invitó a tomarse un café por la tarde en la panadería frente a la plaza Bolívar de Caracas.
Desde ese día en adelante, Juana y Pedro toman café a la misma hora y en el mismo lugar.
Mientras que Alberto y María preparan boda, porque pronto se van a casar.

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Un verdadero placer para mi participar en éstas iniciativas que nos acercan más a los venezolanos en el mundo.
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