Les voy a narrar algo en relación a lo que creo de la envidia translocándolo a mis experiencias, no sé si buenas o malas pero forman parte de mi aprendizaje.

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En algunos casos puedo pensar en la envidia como un motivo para estimularnos a seguir adelante, de hecho lo han usado en importantes emprendimientos que he conocido durante el trayecto de mi vida.

Uno de ellos me ocurrió hace muchos años, les cuento...

Estuve integrándome a un grupo de vendedores que se empeñaban en que yo viese unos álbumes, allí figuraban personas que habían surgido desde la nada. Yo debía entender que ellos habían crecido económicamente solo con empeñarse en imitar lo que otros hacían y así se obtenía lo mismo o quizás muchas más propiedades de las que yo podía ver en esas imágenes.

Cada vez que me enseñaban el álbum o los álbumes, yo veía las hojas con fotos de personas con autos, mansiones y joyas. Yo podía mirar una o dos hojas pero luego de ello me aburría y trataba de cerrar el álbum en una forma en que ellos no se sintieran mal, pero de inmediato retomaban la apertura del mismo para enseñarme los autos y las mansiones que los superiores ya habían conseguido.

Llegó hasta el punto de cansar mi paciencia y fué entonces que les pedí por lo que más amaban que cuando volviesen a mi casa no me enseñaran el bendito álbum porque de lo contrario no soportaría un día más de ver fotos de propiedades de otros.

Siempre pensé que ellos trataban de buscar que me insentivara en la venta de productos a través de la envídia, pudo haber sido una interpretación mía errada en aquel entonces, pero es que éste sentimiento es un factor emotivo de gran alcance. Lo usaban como herramienta de superación a mi parecer.

No digo que yo no haya sentido envídia alguna vez en mi vida, claro que lo he sentido, es de humanos sentir emociones pero lo que no debemos permitir es que éste sentimiento perdure dentro de nuestro corazón porque a medida que él avanza en nuestra mente, ocupa un gran lugar en nuestro corazón y eso puede llevarnos a nuestra propia destrucción.

Bien lo dice la Palabra, que desear el bien ajeno es un pecado y así como pecado que no podamos controlar, así mismo no podríamos controlar nuestro fracaso, resentimiento y perdición.

No, no me agrada sentir envidia bajo ningún aspecto, pero si el sentimiento es mayor que mis fuerzas entonces debo enfocarme en otras emociones para conseguir ahogar a la que me trata de superar.

No confío en la envidia para obtener la superación, nunca la he usado para superarme y espero en que a estas alturas de mi vida nunca la use. Mi esfuerzo y tenacidad en la vida son las fuentes de la obtención de mis bienes y lo seguirán siendo mientras sea una persona activa y capaz de valerme por mis propias manos. Cuando deje de hacerlo, entonces pediré paciencia y sabiduría para entender el momento de mi vida en que ya no pueda hacer grandes cosas para lograr méritos.

Esta es mi opinión sobre la envidia y es el tema de esta quincena de la amiga @sharifanamin. Invito a participar a @dulcem05 para que emitan su opinión al respecto. Acá les dejo la información para los que quieran participar a través del Enlace

Yo soy @gertu de Venezuela para el mundo.