Me gusta mucho sorprender a la gente. Tenía por costumbre hacer regalos sorpresas, visitas sorpresas, celebrar cumpleaños sorpresas. Todo esto cuando estaba un poco más joven que ahora.

Recuerdo una vez que...

mi hermana mayor cumplía años, ella trabajaba durante todo el día y llegaba a su casa de noche. Yo pasaba unos días por su casa antes de venir a la casa donde yo vivía con mi mamá y mis hermanos.

Decidí comprar una torta y cantar su cumpleaños de forma sorpresa. Pasé por la panadería y compré el pastel más hermoso que pude ver, con guindas de melocotón y rodeado de montañas de cobertura rosada entre ellas. Algunas pelotitas blancas y plateadas lo salpicaban en los bordes del pastel.

Lo compré y pasé a buscar a mis dos sobrinos a la guardería. Al bajar de mi auto ví que tenía un problema. Un niño de 4 añitos que había que tomar de la mano, otro niño de 2 años que había que cargar y un pastel en una caja que era un poco grande para sostener.

Estábamos en el estacionamiento del edificio así que mi niño de 4 años podía caminar muy cerca de mí, tomé al bebé y luego como pude con las dos manos tomé el pastel y fui a mi ascensor. Para llegar allí debía abrir una puerta primero. Así que debía dejar de sostener el pastel con las dos manos en su caja y con la otra mano abrir la puerta.

Me las estaba ingeniando para hacerlo cuando el pastel se doblo en la caja y por una esquina casi se cae al piso, pero lo pude sostener junto con el niño en mi brazo. Fue un movimiento muy rápido pero el pastel se rompió. Luego en casa lo arreglé como pude y la sorpresa de mi hermana fue mayor cuando vió el pastel que pasó de ser lindo a ser una obra abstracta en una de las esquinas.

Lo que me salvó la presentación de éste pastel fué el sabor del pastel, ya que realmente estuvo sabroso.

Me sonrió e igualmente me agradeció el gesto pero creo que fue una experiencia algo traumática para mí. Un accidente que no salió tan mal porque mi hermana se sorprendió ya que no le celebran su cumpleaños así pero no fue lo que yo esperaba con un lindo pastel.

En otra experiencia vivida...

Me gustaba ir de paseo a un pueblo donde yo trabajé de joven y en donde me hice de muchos amigos. Una vez los llamé por mi teléfono móvil estando ya en el pueblo, casi llegando a la casa de la familia pero no les dije nada. Los saludé para saber como estaban y les dije que pronto los visitaría, a lo que mi amiga me contestó que cuando yo tuviese el gusto de irlos a visitar me recibirían muy alegres.

Me encantaba ese tipo de sorpresas ya que la cara de mis amigos despúes de haber conversado conmigo cerca de unos 10 minutos antes, yo despedirme hasta la próxima llamada y ellos ver mi auto entrar por el patio para estacionar mi auto, era algo muy sorpresivo y emotivo.

Allí había un porton que conducía hacia la entrada posterior de la casa que siempre estaba abierto de día. Así recibían a todos los que llegaban de visita. Así entré yo, por ese lado, para ver las caras de asombro cuando ellos se asomaban para ver quien los visitaba.

Hubo muchos abrazos, risas y bonitas expresiones de un gran recibimiento sorpresivo.

Por lo pronto estas son dos anécdotas de mi vida que hoy recuerdo gracias al tema presentado por la amiga @sharifanamin en su concurso de UN NUEVO RETO: DIARIO DE EMOCIONES 17 ESTA SEMANA “SORPRESA”

Invito a participar a mis amigas @malenagarcia y @wendyalexa, pueden leer la información en el siguiente ENLACE

El 10% de lo obtenido en mi publicación irá para la comunidad de @venezolanossteem.

Las fotos son de mi propiedad tomadas con el Redmi note 9.

Yo soy @gertu de Venezuela para el mundo.