La IA asombró hace décadas en la ficción y fue toda una premonición del futuro. Cuando veíamos los Supersónicos, dibujos de lo más moderno, creíamos en autos voladores, robots y todo automático. La realidad es que estamos un poco lejos de estos objetivos; los autos voladores son simplemente helicópteros reformados, los robots son algo nuevo e incomprensible, y los autos con IA automática, al ponerles un puntero láser, se vuelven locos.

Chap GPT no es más que un corrector ortográfico para usarlo, tienes que darle mil instrucciones para que no haga las cosas mal. Yo, cuando lo uso, le digo que corrija el texto sin cambiar ni una palabra, solo corrección ortográfica, para que no cambie la esencia del mensaje. Lo uso así porque conozco las reglas ortográficas, y Chap GPT llegó para salvar a gente como yo.

Sin embargo, su uso es muy limitado; de hecho, el Genini de Google es peor, y otro que uso es mejor pero más lento. Para mí, son como los programas que salieron para editar fotos, Excel o Paint; ahora se superaron, pero aún les falta y están en veremos. No hay como la mano humana para la creatividad y las variaciones de un texto.

Lo humano es recordar esas anécdotas donde todos se rieron, justo llovió y apagó el fuego, y el auto es rojo porque le gustaba a la abuela Ema, que hacía unas comidas con aderezos. Puede sonar un poco discordante, pero la huella humana es la verdadera rareza. La IA de 1000 puede que haga algo sorprendente, pero lo bueno es que ayuda a ver millones de fotos de un glaucoma y puede detectar cosas a una velocidad asombrosa para que luego las rectifique un humano. Creo que la IA es tan eléctricamente dependiente que eso la limita. Cuando se logre copiar a un humano, ahí será la verdadera revolución.

Mientras tanto, no es más que un lavarropas o una agujereadora, es decir, una herramienta. Cuando la queremos usar como escritora, se nota el frío vacío que deja y no hay nada que compartir. Hoy, justo pensaba en ver una moto en una película y me decía si les pagarán todo el entrenamiento de años o a los padres que educaron y gastaron mucho. Solo se paga poco y no toda la riqueza invertida en un humano que es tan capaz y útil, algo que ningún robot ni IA puede lograr nunca.