Los pajaritos tan bonitos son como unos demonios y obvio ven al raro y lo dejan de lado siempre, y en todas las culturas, el raro es el raro, pero muchas veces la misma vida da una vuelta y el raro logra ser mejor que el vivo, el gracioso, el que se cree inteligente. Tengo un amigo que era el mudo y todos lo consideraban el raro, y ¿qué pasa siempre con ese? Se lo margina porque esto de tener la onda que todos te acepten y miren y sea una estrella no es de todos. Siempre el que ríe y habla gracioso es el más destacado. Este amigo mío, al final, era un experto en finanzas. Compraba barato y vendía caro, así se hizo la casa, así crió dos hijos. Siempre tenía un auto fascinante y yo, el amigo pobre sin auto, la casa caída, y yo soy el que habla, el que conquista, el que hace amigos fácil, el que entra en grupos, y me pasó muchas veces: me invitaban a salir los del grupo VIP y no tenía plata para ir.

Entonces, se cumple la moraleja de que el que parece tontito puede ser una mina de oro y ahí está, al menos yo, no distingo a nadie. Me hago amigo de todos. Una vez subieron ladrones, eran tres para robarme, pero antes de robarme hablamos tanto que no me hicieron nada. Solo cumplieron su cometido que estaba firme con orgullo de estatua. Por eso digo que nadie rechaza la linda charla, el gesto amigo y dar info reciente interesante. Pero mi amigo, el callado por desconfiado y reticente, nunca lo robaron. Siempre sospechando de todos, distintas filosofías de vida y resultados evidentes. No digo que sea así, el tener buen carácter te abre muchas puertas, pero si sos un experto en algo, las abrís a la fuerza.

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Los pajaritos son como la sociedad. Uno dice: "cuando crezca, la gente va a ser mejor", y no es siempre igual. Si te cruzas con un loco que justo ataca tu punto débil, ahí se te complica, y más si es alguna autoridad y amigo importante.

En definitiva, ser abierto y generoso es lo mejor. Este amigo mío me ayudó millones de veces, así que el enemigo ridículo y el amigo callado hicieron una amistad que superó todo a través del tiempo. Él me decía: "yo no busco a los populares para hacerme amigo, sino a los más desamparados". En eso, un fenómeno logró hacer amigos tan geniales como él y amigos de sus amigos míos. Así que tener un amigo raro puede ser una fuente de riquezas inimaginables.