Concurso de Arte y Escritura #86

La ciudad era la más rica; dentro de las casas había oro y estaban muy bien amuralladas. Las casas no podían acceder los invasores, llegaban por todos los frentes con armas y perros. La situación se puso muy tensa; hasta las aves entendían que habría cadáveres para saciarse.

La ciudad era rica porque tenía la mayor mina de oro descubierta hasta la época. Así que todo era de oro; por eso pudieron hacer las cosas con hierros los más duros y fuertes. Nunca arma ni nada podía hacer que salieran de las amuralladas casas llenas de recursos, comida y un túnel subfluvial que les daba agua pura de la montaña. Era el refugio perfecto para la inmensa riqueza que temían. Tal es así que esto llegó a oídos de todos los pueblos, así que armaron un ejército e invadieron el pueblo.

Era un invierno muy duro y difícil porque les llevó mucho tiempo. Hicieron un fuego para no morir congelados, mil estrategias para sacarlos y ninguna funcionaba. Parece que el dinero había hecho la fortaleza más poderosa de la época conocida. Hasta que a un joven se le ocurrió desviar el río, inundar las casas para que se rindieran y en una disas, el pueblo se empezó a inundar. Esto puso a todos los invasores esperanzados de que abrirían las casas rápido por el invierno y la inundación. Así que subía el agua y no había respuesta. Llegó al punto en que las casas quedaron tapadas y nadie salía. Los invasores estaban perplejos; los habitantes prefirieron morir ahogados que salir y entregar todo el oro.