Venezuela Concurso | Semana 1 | El café | Negrito, con leche o marrón al ritmo de un país vibrante de esplendor

Antes que nada quiero expresar mi alegría al saber que un valioso equipo de personas como el de esta comunidad haya hecho posible la creación de este espacio, que tanta falta nos hacía, para compartir con los venezolanos y venezolanas y con el resto del mundo, un lugar para plasmar nuestras vivencias y querencias a través de contenidos escritos y visuales. Desde aquí te hago llegar mis felicitaciones, @marcybetancourt por esta hermosa iniciativa.

El café es, sin duda, una de las bebidas que más consume el pueblo venezolano. No hay hogar en Venezuela que no disfrute en las mañanas de una taza de café en cualquiera de sus presentaciones: guarapo, negrito, con leche, marrón, tetero o cerrero. Y es que tomar un café al levantarse, bien sea colado en mangas de tela, o preparado en cafeteras, no solo calienta el cuerpo, sino que alista el ánimo y la mente para comenzar de manera decidida y entusiasta un nuevo día.

La historia del café es apasionante. Está llena de anécdotas, datos y leyendas que son dignas de leer. Y aquí comparto con ustedes algunos datos que ilustran cómo se hizo popular en Venezuela.

Se documenta que esta planta de aroma tan especial llegó a la isla de Martinica, en 1723, gracias a un capitán de la armada francesa. De allí se extendió por el Caribe hasta arribar a territorio venezolano hacia 1730. Los misioneros jesuitas fueron los primeros en cultivar el café en las tierras de Casanare, región del río Orinoco, por esa misma época.

De allí, el café pasó a Coro, Aragua, Caracas, Carabobo y Sucre. Luego se hizo presente en la región central, la Cordillera de la Costa y los Andes. Para 1755 pasó a ser un rubro de exportación hacia destinos como España, adonde se enviaba desde el puerto de La Guaira y luego desde otros puertos del país.

En Caracas, los padres Mohedano, Sojo y Blandín se dedicaron al cultivo de los cafetos en sus haciendas, a la par que se desarrollaba en ellas una notoria actividad cultural que giraba en torno a la música. Nos dice el poeta Luis Alberto Crespo que con la riqueza que se obtuvo del café y del aroma de sus granos, se despertó la sensibilidad literaria y cultural en diversos pueblos de Venezuela, tales como Valera, Boconó, Carache, entre otros.

A partir de esta circunstancia, en estas localidades se fomentó la creación de ateneos y salones de lectura en los que las personas daban rienda suelta a la imaginación y al pensamiento. 1

Qué dato tan interesante. ¡Es increíble saber que en torno al café se desarrolló también el amor y el gusto por el arte y la cultura! ¿No les parece?

La siembra del café se vinculó entonces al crecimiento del país ya que con ella aumentaron las plantaciones que trajeron consigo el conocimiento agronómico; se comercializó el producto a través de trenes a lo interno del país, lo que le dio dinamismo a la sociedad; se crearon negocios, y lo que es a mi parecer lo más significativo, se plasmó una huella en la idiosincracia del venezolano, que quedó marcada por el gusto e incorporación de esta estimulante planta en nuestras vidas y que ha impreso por siglos un sello de unidad a nuestro gentilicio.

Celebremos con una rica taza de café por todo lo maravilloso que ha aportado esta prodigiosa planta a nuestras sociedades.

_{Fotos @gemamedina}

_{Referencias: 1 Marcos González. Cuadernos vegetales de Venezuela. Caracas, Cenamec, 2004, p. 108.}