Concurso | Cortometraje: Amor en el balcón/Bonjour, Paris, bonjour mon amour!/Por @gemamedina

A lo largo de nuestras vidas hemos tenido la dicha de conocer lo que es el amor y lo que ha significado para cada uno de nosotros. Y si miramos hacia atrás nos daremos cuenta de que este sentimiento ha marcado la existencia de principio a fin.

_{Balcones caraqueños}

El amor es amplio y extenso. Desde niños el sentimiento amoroso nos abarca la vida y así está el amor a los padres, a los hermanos; luego viene el amor a los maestros, a los juguetes, a las mascotas, a los estudios, y así, si seguimos no acabaremos jamás.

De ahí la importancia de este motivo en el transcurrir de la experiencia de cada quien. Pero existe un amor particular, y es ese amor hacia una persona especial a la que amamos en todas sus facetas y con la que decidimos establecer una realidad común, comenzar una familia, tener hijos y proyectos de vida para ambos.

El amor, entonces, es el leitmotiv de esta historia que nos ocupa ahora. Y el momento que rescato de ella y quizás con la que más me siento identificada es con la presencia del hombre ya experimentado en su vida, que decide sentarse tranquilamente en su balcón para contemplar el paisaje parisino, la torre Eiffel, centro de la ciudad de poetas, bohemios y enamorados.

Este hombre al principio se siente invadido por una relación de la que él no participa y no tiene nada que ver. Por esta razón, la intolerancia lo afecta y trata de desvirtuar el camino de esos corazones y símbolos amorosos que existen entre los jóvenes que se aman desde los balcones.

Sin embargo, al hacerse con la sortija de compromiso que le envía el enamorado caballero a su gentil y bella dama, se da cuenta de que lo mejor es entregarla, porque sabe que es el amor el sentimiento que sustenta al ser humano sobre la tierra. Quizás tuvo alguna vez en su vida un amor truncado, una relación no correspondida, o simplemente la rutina del día a día no le dio la oportunidad de gozar de este bello sentimiento.

Pero nunca es tarde, sobre todo cuando nos arriesgamos, como él a pasar los límites de una baranda de un balcón imaginario, para interceder, de manera positiva en la entrega de un aro, en este caso del Amor, con mayúsculas, en el que queda sellada la unión afectuosa de una pareja de enamorados.

Y para su sorpresa, a él también le llegó su hora, cuando repentinamente una dulce mujer se asoma al balcón para compartir una mirada cómplice en vías de propiciar una futura relación coronada por la noble caricia del amor.

Invito a participar en esta amena actividad a

@sacra97 @haidee
Aquí les dejo el enlace

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Fotos @gemamedina editadas en Canva