En todas las oficinas de Registro Civil suceden cosas a diario. Y todos, por una razón u otra, nos hemos visto en la necesidad de requerir de sus servicios. Los trámites que realizamos en este tipo de oficinas quedan asentados en diferentes libros llamados libros diarios de nacimientos, defunciones, matrimonios, entre otros, hoy almacenados además, en bases de datos computacionales.

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En el cuadro Matrimonio civil del suizo Albert Anker que nos sirve de inspiración y referencia para realizar este pequeño trabajo, puede inferirse por la vestimenta de los contrayentes, familiares y funcionarios reunidos en una oficina de registros para la firma de un documento matrimonial, que esa ceremonia ocurre a finales del siglo dieciocho o a mediados del siglo diecinueve en un ámbito europeo.

Aproximadamente, desde hace doscientos años se llevan a cabo en este tipo de oficinas públicas lo correspondiente a todos aquellos actos civiles que nos otorgan, dentro de la sociedad, el carácter legal exigido en los códigos civiles de las naciones.

No es sino hasta finales del siglo dieciocho, cuando la mayoría de los países regidos por el derecho romano comienzan a poner en funcionamiento los registros civiles, para nacimientos, defunciones y matrimonios, entre otras actividades, ya que antes de esto, eran funciones atribuidas solo a la Iglesia.

De manera particular, Venezuela entra en la modernidad en materia de registro civil cuando en el gobierno de Antonio Guzmán Blanco se emite la Ley sobre Registro del Estado Civil el 1 de enero de 1873, la cual estipulaba, entre otras cosas, que los nacimientos, defunciones y matrimonios debían asentarse en una oficina de Registro Civil.

Gracias a las actividades principales que son competencia de un Registro Civil puede estudiarse la población de un país; tener conocimiento de todo lo relacionado con las herencias y sucesiones; puede planificarse lo referente a las escuelas, liceos y universidades necesarios para la población; todo lo que atañe a la cedulación, pasaporte e identificación de la ciudadanía; estratificar la población por sexo y grupos de edades y censos para la planificación estratégica de las Naciones.

En Venezuela contamos con el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) los registros públicos civiles, el Consejo Nacional Electoral (CNE), el Sistema Autónomo de Registros y Notarías (Saren), los registros inmobiliarios, los mercantiles y las notarías y juzgados que sirven de apoyo a todo el sistema de Registro Civil del país.

Y termino con la reflexión de que siempre una obra artística es un buen motivo para aprender algo nuevo en la vida.