En realidad a mí no me gustan los piropos tan agresivos y subidos de tono. Ni las miradas de algunos hombres que me parecen incluso una falta de respeto. Creo que los hombres deberían ser más galantes y atractivos con las palabras. No niego que algunas ocurrencias me han hecho reír, pero mayormente me desagradan. El piropo más bello que he recibido fue en inglés, me lo dijo un conocido de la universidad, cuando me fui de intercambio hace cuatros años atrás, un francés muy divertido al que le encantaba la música latina.

Me dijo algo como: Tu eres un ser hermoso porque albergas alegría en tu corazón y eso lo irradias. Esas palabras me hicieron sentir complacida y halagada. Recuerdo con mucho cariño a mi amigo. Quizás él no lo recuerda, pero causó un impacto en mí. Además, de que yo me defino como “alegría” en intensamente (inside-out, la película).