El trabajo es nuestra segunda casa, y si se quiere, en muchas ocasiones llegamos a compartir más con ellos que con nuestras familias.

Las relaciones se cultivan paso a paso, día a día. La amistad se desarrolla cuando se tienen afinidades de cualquier tipo, entre ellas las del trabajo. Para llevar un clima laboral estable, definitivamente las relaciones entre los involucrados o los miembros del departamento o empresa, deben ser cultivadas a pesar de las diferencias que normalmente se puedan tener por concepto de edad, sexo, religión, política, entre otros.

Las buenas relaciones laborales, el compartir actividades aparte de las laborales fortalecen esas relaciones y permiten que, luego, la efectividad laboral crezca y se fortalezca.

El clima organizacional va más allá de la simple relación de trabajo entre los miembros de la organización.