Hay muchas cosas que en la vida nos hacen personas confiables, serias y responsables, cualidades necesarias en un líder. Una de ellas es nuestra credibilidad y otra, entre muchas más, es nuestra ética de trabajo. En otras palabras, yo siento que, no por tener una posición privilegiada u ostentar un puesto de poder, podemos decir y actuar lo que queramos y como queramos.

Existen personas, en todos los niveles de nuestra sociedad, que no pueden ocupar un alto cargo, sobre todo en la política, porque muestran un gran deseo, que al parecer vivía en ellos reprimido de hacer las cosas que no se atrevían mientras eran gente común. Es como una obsesión de hacerse notar y al parecer es algo que no pueden controlar.

Particularmente, pienso que si eres un personaje público, que estás ubicado por esa razón frente a una gran cantidad de personas y eres tomado en cuenta como el representante del gobierno en ese lugar simplemente deberías bajarle dos a la egolatría, al payaso que se lleva dormido y subirle al máximo al servidos público que al fin y al cabo es la razón que te llevó donde estás. Si sientes el inexplicable impulso de ser influencer, por lo menos que sea para algo realmente productivo, social, que estimule los valores y el buen accionar. Es en definitiva, un acto que resalta la desvergüenza y el mal gusto de estas personas.

Hay muchas formas de caer bien, de hacerte popular sin caer tan bajo y ayudando realmente a quien lo necesita.