La Aceptación y la Convivencia, para muchas personas, siempre han sido temas un poco delicados por no decir complicados, pues hay quienes caen en el desatino de creerse los únicos con "derecho a todo" sin tomar en consideración que los demás también gozan del mismo beneficio, y que esta realidad es igual de válida e importante para ambos lados; parafraseando a Jean-Paul Sartre al referirse a la "Libertad", y que en nuestro contexto sería el "Derecho" podríamos decir: "tu Derecho termina cuando comienza el de los demás". Muchas veces pensamos que al no emitir palabra, no ofendemos cuando en realidad no se necesita más que un gesto para herir y hacer sentir mal al otro.

En nuestro Corto, a pesar de que los protagonistas no son personajes humanos, sus características si describen el accionar de muchos de nosotros. A simple vista, podemos encontrar dos valores a los que necesitamos prestar atención, "La Amistad y la Fraternidad", además de dos rasgos personales que son necesario resaltar, "La Inocencia y la Buena Voluntad" representados en El Gran Pájaro azul, quien se nos presenta con una actitud amable, divertida, con movimientos un poco torpes (quizas aludiendo a una persona con alguna condición o compromiso cognitivo), sonriente, repartiendo simpatía y dispuesto a formar parte de esa nueva cofradía.

Al mismo tiempo, por el otro lado, podemos encontrar un número significativo de antivalores con los que quizás nos hemos topado en más de una ocasión como: "la antipatía, el egoísmo, el irrespeto, la intolerancia, la altanería y la burla".

Me ha correspondido ser testigo de acciones de personas quienes sin decir una sola palabra, derriban el mundo de otro ser, por el simple hecho de ser diferente, pero siempre he creído que cada uno tiene una retribución por sus acciones, quizás ésta no provenga de la misma persona a quien se ha ofendido pero siempre hay un pago, así como sucedió con los pajaritos de nuestro Corto. Ellos, a pesar de conocerse y de tener ya tiempo juntos, no se soportaban y el hecho de ser solidarios y compartir estaba muy lejos de sus pensamientos. Es interesante resaltar que los dos únicos instantes que mostraron estar en un solo pensamiento y de acuerdo, estaban relacionados con molestar al pájaro grande y al querer parar cuando se dieron cuenta de que infortunadamente, el resultado de sus acciones les llevaría a un mal término. Pero fue demasiado tarde, todo cayó por el peso de su mala voluntad, lo que hicieron se volvió en su contra dejándoles sin plumas, desnudos y vulnerables.