Nadie en el mundo escapa al embate de los eventos físico-naturales (inundaciones, terremotos, tsunamis, avalanchas, huracanes, tornados, movimientos de tierras, etc.). Cada lugar del planeta es susceptible tanto a uno como a varios fenómenos de la naturaleza. Y algunos lugares son más seguros que otros, dependiendo de los eventos naturales que allí se presenten.

Todos somos partes del problema, porque todos viajamos dentro de una misma “nave espacial” a la cual debemos vigilar y cuidar con bastante esmero. Porque muchos de esos eventos pueden prevenirse o controlarse, dependiendo de su fuerza o magnitud.

El estado venezolano, a causa de la severa crisis social y económica, está en cero capacidad de poder remediar las consecuencias de las arremetidas de la mayor parte de los fenómenos naturales que nos afectan. Cada año que pasa los resultados son los mismos: inundaciones y pérdidas materiales y humanas por aquí o por allá. Eso es el más fiel reflejo de la falta de todo o de la ruina total.

¿Por qué los ríos crecen de caudal? Claro está que ha llovido intensamente, pero ¿la alcaldía de la localidad se ha preocupado por dragar el cauce de los ríos, se ha preocupado por construir muros de contención? ¿El ministerio destinado a reforestar las cabeceras de los ríos ha cumplido con sus deberes? La respuesta que nos vamos a encontrar será siempre la misma: No hay dinero, no tenemos recursos.

Otra pregunta que le podría dar dolor de barriga a las autoridades competentes: ¿Será posible desalojar y reubicar a tantas miles de familias que tienen sus viviendas en lugares geotécnicamente inseguros?

En nuestras casas uno desearía utilizar siempre bolsas biodegradables para evitar el uso de plástico, pero, nada. Esa posibilidad no existe en Venezuela. En cualquier bodega que compras te dan las cosas dentro de una bolsa plástica.

Más grave aún, el servicio de aseo urbano no pasa por mi calle. La basura llena de plásticos se la lleva un trabajador espontáneo y la lleva seguramente hacia la orilla del caño más cercano. Esa sucesiva acumulación de basura es la creadora de tapones y represamientos en los ríos.

Hasta ahora, lo único que algunos podemos hacer es mantener la consciencia sobre los problemas medioambientales que nos rodean y de ser portavoces de los mismos. Hace años se promovían las reuniones comunales en los barrios para decidir sobre las necesidades locales, pero, al parecer, por recomendaciones desde arriba, a los líderes comunales les prohíben la invitación a reuniones. Es decir, que si no hay disposición para discutir y buscar soluciones, seguiremos en un mismo círculo vicioso.

Invitando a: @soywilfredg, @aularluis, @fuli