Cuando ya estaba muy cerca el fin del mundo, las modas o las formas de vestirse de las personas habían llegado al extremo. Al principio las chicas salían a la calle con minifaldas o minishorts y apenas se tapaban los senos con una especie de pañuelo. Más adelante decidieron andar en minifalda, pero sin pantys por debajo. En efecto, la gente ya no tenía rubor para andar enseñando sus partes íntimas. Incluso había caballeros que andaban con unas bermudas transparentes, hechas de tul, y se les veía todo lo que Dios les había mandado. Aquello daba horror.

En uno de esos días de locas costumbres, un par de hombres mayores se encontraban en un parque y charlaban sobre los viejos tiempos:

• Ni de vaina que yo me hubiera vestido así. La gente se hubiera burlado de mí y hasta nunca me hubiera casado.

• ¿Acaso eres de talla grande?

• No, al contrario. Por eso había algunos que me llamaban Pepito.

En ese momento, desde el lado de atrás del muro una voz femenina les interrumpió:

• Buenas tardes. Disculpen, ¿qué horas tienen?

Los viejos voltearon y al ver a una chica casi en pelota, apenas respondieron:

• Buenas tardes.

• ¿Tienen reloj? ¿Tienen hora? -insistió la joven.

• Ah, sí. Son las 3 en punto.

• Gracias.

• Disculpe, señorita, pero aquí en este parque hay bastantes bachacos y es un peligro que le vayan a picar por allá abajo.

• No hay problema. Para eso traje esta bufanda.

• ¿Y sí le cubre lo suficiente?

• Más o menos.

• ¿Cómo hace usted para viajar en los buses? Por lo general esos andan abarrotados.

• Bueno, una se acostumbra a que la manoseen los desconocidos.

• ¿Y usted no se ofende?

• Para nada.

En eso los viejos comenzaron a sobarle el cuello y los cabellos y uno de ellos le preguntó:

• Mira, bonita, ¿y qué te trae por este parque?

• Estoy esperando a mi novio. ¿No han visto pasar por aquí a un moreno de dos metros en short transparente?

_{Invitación: @mariami, @almacaridad, @ositomoso
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