Arte y escritura / Andaba antojado de comerse un arroz chino con todo y algo más

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La pareja entró al restaurant chino y tomaron asiento.

-Buenos días –saludó sonriente el mesonero.

-Buenos días –respondieron los recién llegados.

-¿En qué les puedo servir?

-Bueno, por ahora tráiganos, por favor, un par de birras bien frías –ordenó el caballero.

-Muy bien. Con permiso –dijo el mesonero.

-Pancracio, pero en vez de este lugar a mí más me hubiera gustado ir al restaurant La Estancia.

-Disculpa, mi amor, lo que pasa es que ando antojado de comerme un arroz chino con todo.

En eso llegó el mesonero y les sirvió las cervezas.

-Brindemos por nuestro gran amor –dijo el hombre levantando el vaso.

-Salud –dijo ella sonriente.

En eso hicieron entrada al local dos hombres y cada uno de ellos sostenía un par de jaulas llenas de gatos. Pasaron al lado de la mesa de la pareja y llevaron el lote de gatos hacia una puerta que quedaba al fondo. Al contemplar aquello la mujer comentó:

-Pancracio, vas a tener que olvidarte del arroz con todo, porque en verdad uno no sabe qué tipo de carne le estarán poniendo.

Se bebieron la cerveza y el mesonero se acercó otra vez a la mesa y les preguntó:

-¿Van a comer algo, señores?

-Disculpe –respondió Pancracio-. ¿Y ese bojote de gatos es para qué?

-Es que el dueño del negocio tiene en el patio trasero un refugio para gatos abandonados, porque adora a esos animales.

-Ah, okey –dijo Pancracio-. Bueno, a mí me trae un arroz frito con pollo y camarones, por favor.

-¿Y usted, señora?

-No, gracias. No tengo apetito. Fue que desayuné muy tarde con tres arepas ful de chorizo con huevo y un vaso de café con leche.

El mesonero se retiró.

-Ay, Inocencia, ¿qué te pasa? Si te traje para que degustaras junto a mí un rico almuercito.

-Tranquilo, Pancra. Es que creo que se me fue el hambre con la cerveza.

-A mí al contrario. Pero esa cerveza me ha hecho sentir como si flotara en el aire, porque no siento el piso.

-Bueno, a mí también. Incluso veo las cosas extrañas. Veo que tú tienes la cara como de ratón y de color azul.

-Y a ti te veo con el pelo como si fuera un coleto viejo. A pesar de que hace años que no me fumo un cigarrillo de monte.

En eso llegó el mesonero con el plato de arroz.

-Que tenga buen provecho –dijo retirándose.

Inocencia se quedó observando la comida y comentó:

-¿Qué es eso, Pancra? Allí no se ve ningún camarón.

El hombre removió el arroz y dijo:

-Es cierto. Aquí lo que se ve es un lote de patas de pollo y más nada.

-¿Sería que el mesonero se equivocó? –inquirió la chica.

-¡Mesonero! –Llamó Pancracio.

-A la orden. Dígame.

-Mire, ¿qué pasó aquí? Yo le pedí arroz con pollo y camarones. Aquí lo que hay es un montón de patas de pollo. Ni que fuera perro para andar mascando huesos.

-Es que de todas maneras eso es pollo.

-Ajá, ¿y los camarones?

-En este caso a los camarones se los llevó la corriente.

-Pero eso no es problema mío. Si se los llevó la corriente yo no tengo por qué pagarlos.

-Bueno, señor, esa es la filosofía del negocio.

-Van a tener que buscarse a un Aristóteles como filósofo, porque el que se va de aquí soy yo. Y lo único que le pienso pagar, y de milagro, son las cervezas vencidas que me sirvió.

-No, señor. Usted tiene que pagar todo. Si no, traigo al cocinero chino que está allá adentro y que es cinta negra en kung fú –amenazó el mesonero.

-Tranquilo, mi amor –dijo la chica-. Págale toda esa porquería y nos vamos.

Justo en ese instante a Pancracio le dieron un golpe en la espalda con un paraguas.

-¡Ay, mi madre! ¿Qué está pasando aquí? –gritó el hombre todo asustado.

-Eso es lo mismo que a mí me gustaría saber, ¡sinvergüenza! –le gritó la mujer que acababa de entrar.

-¿Y quién es esta? –preguntó Inocencia.

-Soy su legítima esposa, ¡mensa! ¡Robamaridos!

-Pero él me dijo que ya no tenía nada con usted.

-¿Qué cosa? Ahora es que este señor tiene cosas pendientes conmigo.

-Él me dijo que hacía meses que dormía en el patio en un chinchorro.

-Como un chinchorro llena de huecos te voy a dejar a ti. Te la das de santica, ¿no? Ay, sí. Y disfrutando de un arroz chinito el día de los enamorados.

-Bueno, señora –dijo Inocencia levantando el plato de arroz-. Si usted siente envidia porque no la invitan, tome usted su plato de arroz chino –y se lo aplastó en la cara a la recién llegada.

--oo0oo--

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Invitación: @mariami

Sort:  

Hola amigo, no me esperaba ese final, pero son casos de la vida real, eso le pasa a Pancracio por deshonesto.
Ha sido un gusto leerte.
Saludos amigo, te deseo mucho éxito.

Jejejejeje Gracias por comentar, vecina.

Ay Dios mio; te juro que no creo comer arroz chino en mucho tiempo mi estimado @enrisanti, porque me conozco y se que me voy a acordar de los gatos, de las patas de pollo y de los maridos embusteros e infieles jajaja, Mira, la Estancia todavia existe??


Solo en la estancia encontraraaaaaas, el buen sabor del restaurant......

jajaja recuerdo esa melodía. Excelente como siempre y un gran placer leerte lindo!!

Mira, en La Estancia si te asomas verás a los grandes mafiosos comiendo. Gracias por leerme. Saluditos.

jajajajajajajajaajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja! No puedo contigo vale jajajajajajajajajajajajajajajajajaja

@mariami Con lo que se paga por un plato en ese restaurant uno puede comprar las comilonas de la casa por unos 20 días. La Estancia tiene un sitio en Instagram, pero es mejor no meterse allí porque a uno le da hambre. Saludos por casa.

Usted sí que me hizo reír con este texto. De manera que lo que estamos viendo en la obra es producto del consumo de bebidas vencidas o adulteradas jajaja
Y bueno, no podía faltar la escena pasional.
Gracias por hacerme reír.

Hola, vecina. Gracias por leerme, y tenga cuidado de no meterse en cualquier taguara a celebrar.

Será leyenda? Eso de los gatos lo he escuchado siempre. Lo que no se puede negar es que de verdad ibas con todo como el arroz, hasta un paraguazo le tocó al pasao de Pancracio. Saludos @enrisanti.

Jejejeje Gracias por comentar, Sra. Eva.

Aquí es donde uno dice: se formó la san pablera y el hombre dice: patitas pa qué te tengo y deja el pelero. Buena historia @enrisanti. Saludos.

Jejejejeje Saludos Sr @silher

 2 years ago (edited)

Jajaja, Pancra estaba enredadísimo con sus dos amores. Me reí con las patas de pollo, porque no hay dudas de que eso también es pollo, con lo cual no hubo un engaño total; y bueno, tal vez con tantas lluvias a los "camarones se los llevó el río", jajaja. Gracias por estar, amigo mío. No había respondido, porque el internet se agaró el asueto de Carnaval desde ayer. jeje. Un abrazo.

Hola, Sol. Espero que a ese servicio de Internet en el estado Sucre no le pase como a los camarones de este señor y se le vea la cara algún día. Gracias.

Jajajaja. Ese también es mi deseo, amigo mío.

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