Estilos de vida. Microrrelatos
Pastillero
Esa mañana, muy temprano, extrajo el pastillero número 17 que era el correspondiente a ese día del mes. Siempre despertaba hambriento así que era lo primero que hacía al levantarse. Tomó las dos tabletas identificadas como desayuno. Su voraz apetito fue saciado tan pronto las ingirió. Luego tomó una identificada como aseo personal. De inmediato, su olor corporal fue optimizado. Se sintió fresco y renovado. Se sentó ante su computador personal y comenzó a trabajar. Abrió nuevamente el pastillero y extrajo una tableta identificada como café. Las energías llegaron a él como una oleada.
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Agua, jabón y condón
El Coronavirus, la Malaria, el VIH, la Influenza, la Conjuntivitis, nos habían enseñado que la salud, tanto la individual como la colectiva, dependía de cada ser humano. Al vernos diezmados por los virus que nos azotaron desde principios del siglo XX y hasta finales del XXI, entendimos que la salud viene con cada ser y que la naturaleza se encarga de aportarnos algunos complementos. Las medicinas desaparecieron de los anaqueles de las farmacias y estas se limitaron a vender agua, jabón y preservativos. No hacía falta nada más para estar saludables: tomar abundante agua, cuidar la higiene personal y evitar contactos sexuales sin protección.
Convertidor de alimentos
El país atravesaba una terrible escasez de alimentos y por ello había adquirido un convertidor de materias primas para la transformación del alimento que poseía en aquel que deseaba y que no se encontrara disponible en los supermercados. Claro para ello debía respetar la naturaleza de los productos, es decir, introducir un carbohidrato del que dispusiera si lo que deseaba era otro carbohidrato. Pasta «Convertir en: Panes». O un cereal: Arroz «Convertir en: Trigo».
Una gélida noche de invierno recordó lo que más deseaba. Introdujo setenta kilos de carne y tecleó: «Convertir en: Mujer».
¡Enhorabuena! Su post ha sido seleccionado para la publicación de los destacados de la semana 10 por la comunidad #venezolanossteem, la casa de los sueños posibles.