Venezuela Concurso/ Semana 32/ Inolvidable detalle/ por @cruzamilcar63
Saludos para todos los amigos presentes en el universo Steemit que se dedican a exhibir sus mejores creaciones en esta comunidad: Venezolanos Steem, la casa donde los sueños son certezas que se confabulan con nuestras aspiraciones.
Hoy vengo de nuevo a participar en el Venezuela Concurso - Semana 32 – Inolvidable detalle, moderado por la incansable amiga @solperez. Se trata de una magnífica oportunidad para sonsacarle a la gratitud ese imperecedero motivo que guardó en el corazón para invocarlo cada vez que haga falta...
Fuente Modificado con PowerPoint
El regalo que yo quiero
Hacían ya tres años seguidos que había pedido con una fe desesperada aquel regalo, pero la realidad me lo negaba. Unos doce diciembres más tarde, cuando le pregunté a mi mamá por qué tardó tanto en hacerse factible aquel anhelo, me confesó que se confabularon varias razones para que ella, sobre todo, se negara a complacer lo que, para aquel entonces, le pareció un capricho pasajero que cualquier otro juguete sustituiría en mis ilusiones. En primer lugar, la economía familiar no se podía permitir el lujo de adquirir ciertos elementos que resultaban costosos en medio de la precaria situación en que nos encontrábamos; prevalecía, por otra parte, la cuestión de que todavía, de acuerdo con sus criterios, yo estaba demasiado pequeño para comenzar a manejar un instrumento que, de manera evidente, sobrepasaba el alcance de mis extremidades; y, lo más importante, lo que más le preocupaba, era el riesgo de que si yo aprendía los secretos de ese arte que me llamaba tanto la atención, mi existencia se orientara por los caminos del vicio y la parranda, sin objetivos de provecho para el futuro; antecedentes de este tipo había unos cuantos entre los parientes de ambas generaciones, la paterna y la materna. Resultaba muy triste, por supuesto, para el amor de una madre, mirar a un hijo caminar por los más despreciables senderos de la vida, por culpa de un presente que la misma progenitora colocó en sus manos el mal día en que se propuso complacerlo.
Lo cierto fue que cuando ya se acercaba el cuarto año de mi reiterada petición, con mis ocho años a cuesta, decidí jugarme el todo por el todo y escribí una carta muy seria que parecía más bien un memorando, en la que exponía mis razones para rechazar otro presente que no fuera el que yo pedía:
Querido Niño Jesús:
La primera vez que te pedí un cuatro, me trajiste una pistola de balines que, claro, jugué bastante con ella, pero no era eso lo que yo quería. Después, como mi mamá me dijo que sería que me porté mal y tú nada más complaces a los niños que se portan bien, pasé todo el año sin hacer nada malo, pero tu regalo fue un cuatrico de juguete que no se podía afinar y tampoco se podía tocar ninguna canción. El año pasado, en vez del cuatro, lo que me trajiste fue una guitarrita, también de juguete, que las cuerdas se le enredaban de nada y en seguida se rompió. Todo este tiempo yo me he portado bien, así que no me vayas a decir que no puedes traerme mi cuatro. Quiero un cuatro de verdad verdad, no importa que sea grande, yo veré cómo lo toco. Te prometo que te tocaré un aguinaldo de los que cantan por la radio para agradecerte por haberme cumplido con lo que yo quiero. Si mi regalo, este año, no es un cuatro de verdad, no quiero más nada.
Amílcar
El 25 de diciembre de aquel año inolvidable, amaneció sobre mi cama un cuatro precioso que sonaba de maravilla, y estaba acompañado por el instructivo manual de Oscar Delepiani. Ya a las nueve de la mañana sabía tocar el polo margariteño y “Compadre Pancho…” Y hasta el sol de hoy sigo creyendo en el Niño Jesús.
Guao! Qué belleza de detalle. Me imaginé a tu mamá decir: Este año no hay cuatro, el año que viene, quizás, jajajaja.
Tu carta fue contundente. Ahora entiendo que todos los años le des tu aguinaldo al Niño Jesús. Promesa es promesa.
Gracias por participar. Serte en el concurso.
Gracias por tus palabras... La verdad es que mi mamá decía que quizás eso representaba que me la pasara "con el cuatro bajo el brazo y un cuartico en el bolsillo..."
Bueno, malo no es, jajaja.
Eso digo yo... mientras se cumplan con las responsabilidades, malo no es.
Que bello post, es sentimiental, me gusto mucho!!! Felicitaciones @cruzamilcar63 por su premio bien merecido!!!
Que publicación tan hermosa querido amigo @cruzamilcar63. Me encanto tu historia; felicitaciones y éxitos en el concurso.
#venezuela #afable
Gracias, amiga @lallanerita, por leer y comentar con palabras matizadas con buenos deseos. Saludos.
Luego de leerte amigo, mil recuerdos vinieron a mi mente.
De niña también le pedía al "niño Jesús" en especial un cuatro. Yo quería tocarlo como lo hacía mi abuelo. Mi abuelo Israel Gutiérrez el tocaba el cuatro, la guitarra,, las maracas, el acordeón... Un 6 de enero como símbolo de buena voluntad, mi abuelo me regaló su cuatro, sin embargo la alegría de tener un cuatro quedó eclipsada cuando mi hermana terremoto se subió a una mesa para agarrar mi tesoro, resbalo y lo abrió por un costado. Yo estallé y le dije: "tu siempre agarrando lo que no es tuyo" Para mi padrastro fueron palabras muy ofensivas, así que agarro el cuatro y lo terminó de estortillar en las nalgas de mi hermanita. Luego de eso agregó ni para ti, ni para ella...
Con el tiempo me compre un cuatro, tengo el mismo manual que le regalaron a usted. Charrasqueo algunos vals, la mano solo me da para eso, también uno que otro merenguito.
Me gusto su recuerdo ¿sabe? tiene usted una madre muy sabia.
Me alegra, amiga, que mi publicación la haya devuelto a esa etapa en que tuvo su primer cuatro. Al parecer, la alegría de tener al fin el anhelado regalo le duró poco, pero lo cierto de todo es que llevamos ese don musical por dentro, asociado al instrumento venezolano por excelencia. De mi parte le digo que, cuando pude hacerlo, fui y me compré el mejor cuatro que encontré. Continúo tocando, sobre todo aguinaldos en épocas decembrinas. Saludos y gracias por leer y comentar.
Ah, en efecto, tal como usted dice, mi madre fue una mujer muy sabia.