SEC-S16-W1 | Tradiciones culturales

Una de las tradiciones culturales más importantes de mi pueblo, Mucoelrío, es la celebración de la Cruz de Mayo. Se trata de otra de las innumerables manifestaciones que nos legó el colonizador español durante su largo tiempo de dominio en estas tierras. Su carácter eminentemente religioso es innegable, ya que se refiere, por supuesto, al santo madero donde falleció Jesús de Nazaret, el Redentor que, de acuerdo con la doctrina sagrada, vino a redimirnos de nuestros pecados.

El 03 de Mayo, la fecha en que se conmemora la Santa Cruz, es un día de júbilo para los habitantes del lugar, quienes se preparan con antelación para rendirle tributo a ese símbolo que, desde hace mucho tiempo, forma parte de sus más arraigadas creencias. Los pueblos venezolanos que se dedican a la agricultura le ruegan al madero sagrado para que les prodigue buenas cosechas. Esta asociación entre la cruz y el cultivo de la tierra se debe a que en nuestro país la época de lluvia, la más propicia para sembrar, comienza precisamente en el mes de mayo.

En el pasado, esta era una celebración que se realizaba en cada hogar que se prestara para ello. Quienes tenían una cruz en su casa se dedicaban a adornarla con todo el esmero que emanaba de su devoción y la colocaban en un altar que se erigía dentro de un cobertizo confeccionado con hojas de palma. En la noche, los músicos y poetas populares del pueblo pasaban por cada uno de esos hogares dedicándole sus hermosos cantos a la cruz. La velada era propicia para disfrutar festivamente de las diferentes bebidas y platos tradicionales especialmente preparados para la ocasión.

Con el transcurrir del tiempo, esta conmemoración se transformó en un solo acto; es decir, ya no es habitual que se lleve a cabo en cada hogar, sino en un lugar público donde acuden todas las personas, devotas o no, para disfrutar de un deslumbrante evento. El componente religioso sigue formando parte de esta celebración, así como los cantos, los bailes y otros aspectos arraigados en la tradición; sin embargo, es palpable su evolución hacia la parafernalia y la espectacularidad que caracteriza a esta época.

Todavía a finales de la década de los 80, del pasado siglo, existían hogares en Mucoelrío que adornaban su cruz y la colocaban en su respectivo altar para que los poetas fuesen a cantarle sus versos. Más de una vez, siendo apenas un adolescente, formé parte de esos grupos de parranderos que amanecían improvisando décimas o rememorando poemas antiguos dedicados al santo madero. En la actualidad, asisto de vez en cuando como un cantor más que se preocupa porque estas manifestaciones que preservan las costumbres y los más altos valores de un pueblo se mantengan en el tiempo.

_{Décimas que compuse el pasado año dedicadas a la Cruz de Mayo.}

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Invito a los amigos:
@sahmie y
@leonciocast

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_{Nota: Todas las imágenes que no están identificadas con su respectiva fuente pertenecen al autor y fueron tomadas con una cámara Sony, modelo: DSC-W180.}