De lunes a lunes/Semana 7/Cuéntame la maña/ por @cruzamilcar63

Otra vez los hermanos

---

Cada vez que en casa se lavaban los calzoncillos -o los interiores, como los llamamos por nuestros predios carupaneros- se formaba una pugna entre los cuatro hermanos porque cada quien quería acaparar los mejores, los que estaban más nuevos, sobre todo. No existía, entre nosotros para ese entonces “que estos son los míos y aquellos son los tuyos,” nada de eso: los interiores menos dañados eran del que los agarrara primero. Si alguno no estaba allí en el momento del regateo, debía resignarse a que le tocaran los peores.

Fuente Modificada para este concurso por @charjaim

Esto último fue lo que le sucedió a Jimmy en una oportunidad: cuando llegó a la casa, miró que sobre su cama se encontraban aquellos calzoncillos que todos despreciábamos porque poseían, debido al mucho uso, cualquier defecto de esos que ya no tienen remedio. “Caramba, se pasaron,” dijo sin mucho entusiasmo y se fue a bañar. Cuando regresó de la ducha y se dedicó a vestirse para ir al liceo, se quedó mirando de nuevo todos los interiores y dijo, así sin pensarlo mucho, “no me voy a poner nada;” y se puso sus pantalones, sus bluyines, sin ninguna protección debajo.

A partir de ese momento, Jimmy agarró la maña de no usar interiores. "Así es mejor, decía para explicar su inusual costumbre, uno se siente más libre, no hay tanto calor por ahí abajo y cuando tengo que orinar es más fácil porque no hay que estar apartando tanta vaina." Hubo una vez en que no pusimos de acuerdo y le dejamos los mejores calzoncillos para ver si renunciaba a esa manía, pero los devolvió, sin darle importancia al asunto, porque, según él, no pensaba ponerse esas prendas fastidiosas más nunca.

Ya Jimmy llevaba alrededor de año y medio sin usar interiores, el día en que todos los zagaletones del pueblo decidimos subir hacia lo alto de un cerro, en donde sabíamos que en aquella época todas las matas de mamones que existían por esos predios estaban llenas de frutos maduros. Fuimos y, en efecto, había en abundancia.

Cuando regresamos, unas cuantas muchachas del pueblo estaban esperándonos para que les regaláramos de los mamones que fuimos a recolectar hacia la empinada montaña. Jimmy, que no reunió tantos como nosotros porque llevó una bolsa muy pequeña, además sus pantalones no tenían bolsillos atrás y los de la parte delantera tenían un enorme hueco, estaban inservibles, no quería repartir los que traía para no quedarse sin nada. Fue entonces cuando una mujer, irreflexiva y arbolaria, le metió, de repente, la mano en un bolsillo delantero para arrebatarle los mamones. Claro, debido a que el bolsillo estaba roto y Jimmy no tenía interiores, la mano pasó de largo y agarró todo lo que por allí colgaba…

Mientras que ella retiraba el brazo inmediatamente, como que la hubiera picado una serpiente, y sacudía los dedos como alejando de ellos aquella sensación que no esperaba encontrar, nuestro hermano pelaba los ojos y la vergüenza le cubría el rostro con una palidez monumental. Como muchacho de pueblo al fin, se sintió sumamente apenado de que todos descubrieran que él no usaba calzoncillos… Desde ese instante se olvidó de aquella inútil maña.

---

---

---

Nota: La publicación está configurada con el 15% para esta comunidad.

---

---

---

Invito a los amigos: @vivigibelis, @zhanavic69 y @felixgarciap