De lunes a lunes/ El papel de la serendipia/ por @cruzamilcar63
Saludos para todos los amigos de Venezolanos Steem. Hoy vengo a participar en el reto que nos propone la amiga @charjaim, a quien le agradezco por haberme ofrendado esa hermosa palabra que no conocía: serendipia. Fue un placer centrarme en ese vocablo para comentar uno de esos acontecimientos que solo pueden suceder en un pueblo como el mío.
Fuente Modificada con PowerPoint
Hurgando en las raíces
Por aquellos años, a mi pueblo, Mucoelrío, lo visitaba regularmente la Demostradora del Hogar. Se trataba de una señora cuyo trabajo consistía en enseñarle a la población femenina, sobre todo a las amas de casa, una serie de oficios muy útiles que ayudaban a las familias de las zonas rurales a iniciar y desarrollar emprendimientos que contribuían al aprovechamiento de los recursos que les brindaba el medio ambiente. Los proyectos eran muy variados, podían estar centrados en manualidades, agricultura, economía, arte culinario, pintura, carpintería o cualquier otro aspecto del quehacer humano que pudiera sustentarse con el ingenio y los materiales que les proveyera el entorno.
Hubo una vez que la Demostradora del Hogar instruyó a sus alumnas en el arte de confeccionar flores utilizando una raíz, bastante maleable, que se conseguía en un sitio donde había un enorme pozo lleno de aguas achocolatadas, al que todos llamábamos La Laguna. Debido a que las mujeres no se sentían muy atraídas por el color de aquellas aguas, además de que su profundidad podía amilanar a cualquiera, nos encargaban a nosotros, los muchachos de ese entonces, para que arrancáramos de las profundidades la materia vegetal con la que debían llevar a cabo el proyecto que para esos momentos tenían entre manos. Era una misión que nos encantaba, porque nos permitía bañarnos en La Laguna con el consentimiento generalizado de los adultos, quienes en condiciones normales podían darnos unos buenos cuerazos por andar exponiendo la vida en esas aguas inmundas donde cualquiera podía ahogarse.
Fue en una de esas ocasiones en que nos encontrábamos recolectando raíces que yo miré, mientras arrancaba un largo arbusto de una de las paredes naturales del pozo, lo que en un principio pensé que era una colorida piedra enterrada en el barro. Comencé entonces con un guijarro a cavar a su alrededor para intentar, cual un experto arqueólogo, extraer sin infringirle daño alguno esa pieza que me había llamado la atención. Después de un largo rato concentrado en aquella labor, logré sacar un objeto como de cincuenta centímetros, al cual se le notaban, junto con el azul que ya antes le había visto, otros tonos rojos y amarillos, muy desgastados por las condiciones del ambiente. En seguida comencé a quitarle la suciedad al casual hallazgo con el que había pasado un buen tiempo distraído, mientras todos los demás compañeros me miraban entre curiosos y burlones. A medida que fue desapareciendo el barro que le cubría casi por completo, comenzaron a aparecer lo que parecían unas piernas; luego se fue evidenciando el cuerpo, con unos bracitos cuyas manos casi no existían, y por último una carita que solo tenía la parte posterior, nada le quedaba en el frente.
A pesar de la insistencia de mis amigos en que botara aquel objeto viejo e inservible, decidí conservarlo, por los momentos, y me fui con él hacia la vereda donde íbamos a depositar todas las raíces que habíamos traído de La Laguna. Fue entonces cuando una de las señoras más viejas del pueblo, Ismenia Rojas, se quedó observando la figura que yo tenía en la mano para preguntar, con una voz entre curiosa y emocionada: ¿Qué es eso que tienes ahí? Eso me lo encontré en La Laguna -respondí, como restándole importancia al asunto, y se lo entregué-. Ay, mijo, exclamó ella con una inusitada emoción, ese es el Niño Jesús que había en la capilla vieja, esa estaba por ahí cerca de ese pozo y un mal día se la llevó una creciente del río…
Aquel acontecimiento fue considerado como un milagro, como una gracia divina. Casi ninguno de los habitantes de Mucoelrío, en ese entonces, había conocido la capilla vieja, ya que su destrucción había ocurrido hacía más de un siglo, por lo tanto, no se esperaba ya que apareciese ninguno de sus vestigios. El Niño Jesús, por otra parte, fue restaurado por un joven artesano del pueblo, Froilán Martínez, que, para hacer más hermoso aquel acontecimiento, sin haberlo mirado nunca antes, según las emotivas palabras de la señora Ismenia Rojas, le quedó tal cual como había lucido durante los años en que estuvo en el antiguo templo de Dios.
De modo que buscando raíces, como materia prima para confeccionar flores, encontré una reliquia de la historia espiritual del pueblo.
Nota: La publicación está configurada con el 15% para esta comunidad.
Invito a los amigos: @felixgarciap, @carmenyuv y @cbuendia
Hermosa tu publicación, cargada de historia y costumbres, con un bello final, mi aplauso
Gracias, amiga. Es siempre una alegría que nuestras publicaciones les agraden a los lectores. Es un honor recibir sus comentarios. Saludos.
Qué hermoso hallazgo que dio alegría a tu pueblo también. Tienes una extraordinaria manera de narrar que mantiene al lector atento a lo largo de toda la historia. Te felicito, tu post muestra cabalmente lo que es la serendipia, ese hallazgo valioso que aparece mientras buscabas otra cosa.
Muchas gracias por dejar tu entrada.
Gracias a ti, amiga @charjaim, por ofrecernos estos espacios para narrar las historias que guardamos en el corazón. Saludos fraternos.
Una historia, para la historia!!!!
Que hermoso sería que algún cronista de tu ciudad, tuviera esta historia.
Tu historia es una de esas, que enriquece los saberes de los pueblos, y donde muestra claramente que la curiosidad de la juventud, en muchos casos, es recompensada. Me encantó conocerla!!!
Me encanta a mí que te acerques a leer y valores esta publicación con tan excelente comentario.
Esas y muchas historias más están recogidas en la Historia del pueblo, pero el libro no ha podido ser publicado. Saludos.
Que bella historia amigo amilcar el encontrarte con el niño jesus, debes de saber que esncuentre tenia proposito y un mensaje de seguro que si.
Así es, amiga, y esa es otra historia... porque siempre, por rebeldía, anduve pregonando por muchos años mi supuesto ateísmo. Esa, y otras pruebas, me condujeron por otros caminos.
Que hermosa historia @cruzamilcar63, es una bendición encontrar al Niño Jesús después de tanto años, para luego restaurarlo y lo bonito es que el bendecido fue usted, que emoción!!! Saludos amigo!!!
Gracias por tomarse unos minutos para leer mi publicación y dejar un comentario... Aprecio mucho su gesto. Saludos, amiga.
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Muchísimas gracias por considerar mi publicación para este providencial Programa.. Siempre estaré en esta acogedora casa de los venezolanos. Saludos.
Muy interesante tu serendipia mi estimado amigo @cruzamilcar63, conociste una historia sin preguntar, solo por la causalidad de encontrar esa figura..
Podrías hasta crear un cuento..
Saludos.
Sí, hay material allí para un buen cuento... Gracias por comentar, amigo @josertalaverag.