_{Imagen diseñada en PowerPoint/ F/ Captura de pantalla del video}

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Lo que más nos llama la atención es el pajarito azul que transporta la corona de flores que el galán le envía a la dama. Es imposible dejar de asociarlo con una de las más populares redes sociales, Twitter, cuyo emblema hasta hace poco fue una avecilla sospechosamente muy parecida a la que aparece en el video. El solitario y huraño señor de los enormes bigotes intenta defender su espacio, conservar ese apartado mundo en que ha vivido hasta ahora y que ha sido alterado por dos jóvenes enamorados que solo intercambian mensajes, pero se rendirá ante las imposiciones de los tiempos.

Él, que solo quiere disfrutar tranquilo de una taza de café, se siente inmiscuido en una situación que no es de su incumbencia, sin embargo, ese pajarillo azul, como una alegoría de la realidad, de las nuevas formas de comunicarse y de asumir la existencia, le está diciendo, al parecer, a través de esa facilidad para burlar sus golpes y con esa última escatológica acción sobre su cabeza, que no puede entorpecer el futuro y ni siquiera aislarse de la efervescencia mediática que ya se ha adueñado del mundo.

Cuando el señor de los bigotes superlativos incauta el anillo del caballero enamorado detiene el curso del amor y, con ello, la afluencia de los mensajes. Piensa que ha recuperado su apacible existencia, pero muy pronto se dará cuenta de que, al extinguirse el dinámico ambiente propiciado por los dos jóvenes, la soledad que reina a su alrededor se parece mucho a la muerte, es como que ya no formara parte de este mundo. Y decide ponerle fin a esa situación.

Si observamos bien la escena, nos percataremos de que lo hace para su propio beneficio, para sentirse parte de lo que sucede; no se encuentra arrepentido de obstaculizar la relación que se está gestando, él nunca llega a ver la tristeza de los enamorados cuando se asoman; se siente terriblemente insignificante en el momento en que no está en el medio de los mensajes que van y vienen, por eso después se sorprende, contrariado, al verlos juntos del otro lado. Es necesario destacar también que el señor no utiliza ningún medio para entregarle el anillo a la mujer, va él mismo a colocarlo en la puerta. Eso nos reitera, o nos sugiere más bien, que es alguien que no se encuentra adaptado a los tiempos, que no está familiarizado con las "redes".

Al final, en el instante en que el hombre mayor del enorme bigote recibe, a través de los canales aéreos, el beso sugerente de una señora que tiene, más o menos, su misma edad, suponemos que el viejo caballero comenzará a formar parte activa de esa realidad comunicacional que, en un principio, pretendía obviar… Ya para concluir, podríamos decir entonces que el amor es, sin dudas, el sentimiento que predomina en este cortometraje, pero existen temas como la soledad, la adaptación a los nuevos tiempos y sus formas de comunicarse que tejen un sugestivo tapizado de fondo.

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Invito a los amigos:
@crisvera y
@paholags

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_{Nota: Todas las imágenes que no están referenciadas con su fuente son capturas de pantalla tomadas del cortometraje Amor en el balcón, con la herramienta "Recortes", de Windows 10.}