Son innumerables las canciones que se les han dedicado a las mujeres. Aquí, sin embargo, solo me refiero a las que llegaron a mi memoria en cuanto leí el título de este desafío.

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El hombre, sobre todo el que intenta convencerse de que la mujer pertenece a un género inferior, nunca ha podido soportar la ineludible realidad de que es en el vientre de ella donde se gesta la vida y que, por tanto, todos debemos agradecerle el estar en este mundo, el haber nacido, nada más y nada menos. Desde tiempos inmemoriales esta insistente espina debió estar clavada en el macho todopoderoso; tanto así que, para buscar cierta equiparación, se inventó esa fantasiosa historia de que la primera fémina provino de una costilla del hombre.

Pero el argumento de ese curioso relato continúa y, una vez que la primigenia Eva se encuentra en este mundo, desobedece a Dios y convence a Adán para comer del fruto prohibido, la manzana. Se trata a todas luces de un cuento que quiere convertir a la mujer como la incitadora del pecado, como la causante de la corrupción en la tierra. Sin embargo, en su artera intención de desprestigiarla, también declaraba, de forma implícita, que fue ella la que decidió el camino por el que transitaría la humanidad y nos evitó vivir eternamente en la obediencia, sin atrevernos a dudar ni a cuestionar nada.

Estas disertaciones anteriores se deben a que, buscando en mi memoria musical las canciones que los hombres les han dedicado a las mujeres, caí en cuenta de que, las tres que más recuerdo, se refieren, de alguna manera, a estas reminiscencias bíblicas. Mujeres, de Ricardo Arjona, hace alusión a ello; Mujeres divinas, una melodía interpretada por muchos cantantes, Vicente Fernández, entre ellos, y cuyo autor es Martín Urieta Solano, igualmente se refiere a las féminas como las causantes de los mayores desencantos del género opuesto; y La manzana, de Reynaldo Armas, ya desde el mismo título juega con la tentación, mientras que en su contenido también menciona su procedencia de la costilla masculina.

Aunque cada una de estas composiciones es, desde nuestro punto de vista, un hermoso homenaje a las mujeres y pareciera evidente la sinceridad de sus creadores, la ausencia de otras intenciones que no sean el sagrado reconocimiento a esos seres maravillosos, llama la atención que no puedan dejar de mencionar que ellas se engendraron a partir de una costilla del hombre y que son poseedoras de un inmenso poder de seducción.

Al parecer, nuestra memoria masculina, a pesar de que valora a la mujer en todas sus dimensiones, se niega a deshacerse por completo de aquella tendenciosa historia que la hace emerger de nuestros huesos y la postula como la causante de que nos arrojaran del paraíso. Nada de esto último es verdad, pero quizás se continúe repitiendo hasta que no encontremos una explicación idónea para ese encantador misterio llamado mujer.

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Nota: Por aquí dejo los enlaces de las canciones a las que hice referencia, por si desean escucharlas:

Mujeres

Mujeres divinas

La manzana

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