Arte y escritura/ Semana 5/ "El Ángel que soy yo"
El Ángel que soy yo
Cuando Dios envíe a la tierra al Ángel que soy yo, me encontrará vestida como las primeras santas, las que se entregaron en cuerpo y alma a su palabra cuando su palabra era apenas un reducido consenso entre los espíritus inundados por la fe. Quiero soñar que soy una de ellas para que mis plegarias retumben mucho más allá de estas paredes y florezcan en los miles de corazones que aceptarán el milagro de su verbo divino. Por eso en mi mano derecha cargo la palma de la victoria, el símbolo de la vida que se eterniza en el encuentro definitivo con el amoroso Padre.
El Ángel que soy yo es un mensajero del cielo, conversa con el Creador, posee alas para volar y se desplaza por las regiones etéreas dejando tras de sí su blanca estela de pureza. La vaporosa huella de su vuelo me revela el camino que deberé seguir cuando las urgencias místicas que mis esperanzas invocan se conviertan en verdadera eternidad. Por ahora, el Ángel que soy yo solo es una secreta inquietud de mi inspiración que descendió, junto al Espíritu Santo, a vestirme de luz y a colocarme la aureolada corona de mi santidad. Mis deseos, sin embargo, siguen postrados de hinojos, deshojando los designios sagrados de una hora final que jamás será revelada.
Sí, en este mientras tanto que oscila entre la invocación y la realidad, yo continuaré siendo el alma impertérrita que se vestirá de santa y recordará el martirio en el improvisado altar de donde emergen los clavos amenazantes que se rinden ante la entereza de mis convicciones. Nada podrá ya lacerar a un cuerpo que espera ser transfigurado por la gracia del amor. Ya el prodigioso milagro de ese amor se abrió paso entre los maderos inertes que se empeñan en evocar la crucifixión para adornar con flores el espacio iluminado por la oración ferviente, para acompañar con su espléndida blancura a la palma de la victoria que se solaza con el color de la pureza.
El Ángel que soy yo y mi cuerpo vestido de Santa primigenia jamás renunciarán al empeño de adelantarse al desenlace de la hora fijada en el libro del Señor, sin embrago, aún sigo aquí, arrodillada sobre mis penas, rogándole a mi Padre que me acepte en su gloria porque solo anhelo ser el Ángel que soy yo.
Invito a la amiga @yrmaleza.
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Hermoso, cada línea está llena de un gran enigmas que envuelve en la realidad interna de una gran mujer, y nos invita a conocer "El Ángel que soy" como prueba fehaciente de una gran fe. Felicitaciones amigo me encantó la forma de expresar esa gran obra de Beatrice Offor. Que tengas un bonito día
Gracias, amiga, por tus palabras. Sí, esta vez quise comulgar con la fe que se refleja en la obra pictórica. Saludos.
Ah! Y me habías invitado a mí. Que hermoso intercambio
Gracias Cruz
Con respecto al Ángel que soy yo, me emocionó ver el espíritu tan parecido a mí poema Beatrice ...
Que lindo compartir estilo, fuerza y conexión con lo celeste. Me ha fascinado
Un gusto leerte ❤️
Gracias, amiga. Siempre es grato leer sus comentarios. Saludos.
Mi apreciadísimo amigo, esta semana has realizado una participación distinta a las anteriores, lo cual habla de tu versatilidad. En esta ocasión, dejaste a un lado los análisis semióticos para regalarnos reflexiones místicas de alta factura:
No me cansaré de agradecer tu compañía en este reto. Un abrazo.
Sí, amiga querida, intenté buscar otros caminos para abordar la obra y ese fue el resultado. Me complace que te haya gustado. Saludos.