Venezuela Concurso/Semana 11/ Relatos inspirados en mitos y leyendas latinoamericanas

Nuestro país está plagado de mitos y leyendas por todos sus rincones, historias de aparecidos y espíritus que rondan las calles, y que habitan viejas construcciones, todos en algún momento han oído historias acerca de ellos, vengo a contarles una historia muy personal que envuelve a mi familia, se trata del Espanto de la Quinta Pupe, en las polonias viejas de San Antonio de los Altos, un pueblo venezolano, ubicado en el estado Miranda.

San Antonio de los Altos -Edo. Miranda FUENTE

La quinta Pupe fué una propiedad que perteneció a mi familia hasta el año 2000 cuando pasó a otras manos, en la parte de atrás estaba una fábrica propiedad de mi abuelo y pues en la parte de adelante estaban la casa central (la casa grande) y la casa de huespedes (la casa pequeña), allí llegaban muchas personas ya fuese por trabajo o por reuniones familiares, y muchos fueron los sustos que más de uno se llevó.

Mi abuelo contaba que esa casa antiguamente pertenecía a una pareja de arquitectos alemanes que debido a una situación confusa terminaron suicidándose en la sala de la -casa grande-, y que dicha pareja estaba penando en este mundo debido a su forma de morir, pero luego se enteró que su primer dueño, un empresario venezolano, hizo un pacto con el diablo para hacerlo rico y que esta persona enterró en algún lugar de la casa un cofre con todo el dinero, joyas y piezas de oro que el maligno le hizo ganar.

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Todo aquel que entraba a la casa era de una u otra manera perseguido o acechado por entes, que sin perder tiempo empezaban a manifestarse de muchas formas, una de las más comunes era a través de los sueños, pesadillas de muerte y sangre agobiaban más que todo a la familia, sueños donde mi abuelo como propietario era siempre asesinado de la misma forma, ahorcado con el torso abierto de donde le salían monedas de oro y con el 'cachuo' al lado, otras manifestaciones eran abrir las puertas de habitaciones y baños así estuvieran cerradas con llave, azotar las puertas de la lavadora y la secadora, encender luces y apagarlas, curiosamente hubo un hecho que dejó en shock a la familia, pues llegaron un día y la casa estaba totalmente a oscuras pero en el centro de la sala de la casa grande había una esfera luminosa en el aire -cual luna llena- que iluminaba esa área, poco a poco se desapareció, esa noche nadie pudo dormir.

A los más valientes les pasaban las cosas más duras, hubo cierta vez un sobrino político que era jugador de basket brasileño, que no hizo caso y saliendo en la noche, le dieron un empujón que rodó varios metros y por allí no había nadie, caso parecido pasó con un vecino Isleño que tomó por costumbre visitar todas las noches, a pesar de las advertencias de mi abuelo, él hizo caso omiso y cierta noche no llegó a su casa, a la mañana siguiente lo encontraron unos trabajadores de la fábrica en toda la entrada con un golpe en la cabeza y el señor aún inconsciente, cuando se recuperó dijo que solo sintió que alguien lo golpeó y ya.

Foto referencial FUENTE

A menudo se escuchaban susurros y hasta llamados, las voces de mi abuelo y mi abuela eran con frecuencia escuchadas, sin que ellos estuvieran allí, yo por mi parte recuerdo siendo un niño que en la casa grande en la cocina habían unas escaleras que daban a la segunda planta pero que la parte de arriba siempre estaba en la plena oscuridad y sentía como me observaban desde arriba e incluso me llamaban con las voces de mis abuelos, de mi tía e incluso mi mamá que una vez estuvo a mi lado y escucho como me llamaban usando su tono de voz.

A pesar de todo esto, nuestros años allí fueron tranquilos, hasta la fecha hemos sido la única familia que vivió allí y fue dueña de la casa durante 20 años, pues propietarios posteriores fallecieron, perdieron sus fortunas y cayeron en desgracias de todo tipo, suena extraño decirlo pero durante ese tiempo aprendimos a convivir con entes del más allá, nunca encontramos dinero enterrado porque la verdad nunca nos dedicamos a buscarlo, pero todo aquel que entraba a la casa con intenciones nada buenas dichos espíritus se encargaban de sacarlos lo más rápido posible, haciendo cosas que solo en las películas de terror hemos visto.

Aprovechando la ocasión entre mitos, leyendas y espantos; quise complementar este relato acompañado de una canción:

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