Eran las fiestas patronales en la granja, todos los animales estaban muy contentos, se haría la acostumbrada feria y traería las atracciones mecánicas que gustaban mucho.

La ardilla dijo que ella organizaría los juegos tradicionales. Nada más de imaginarse al sapo saltando con el huevo en la cucharilla era para desternillarse de la risa.

El conejo se comprometió a poner volantes en el pueblo para que los demás animales asistieran. La granja estaría muy concurrida y eso les traería muchas ganancias a los dueños.

La mosca se emocionó y dijo que organizaría un concurso de baile. Los monos aplaudieron contentos y fueron los primeros en inscribirse. Las pulgas también lo hicieron y comenzaron a ensayar una coreografía.

Este concurso llamó mucho la atención, tanto así que se acabaron las planillas de inscripción. La mosca decidió entonces poner algunas reglas, y eliminó las pretensiones de muchos, incluyendo a la lombriz que volvió a enterrarse al ver que solo animales voladores podrían participar.

La jirafa volteaba los ojos al cielo y afirmaba que ella podía volar, que no conocían sus sueños y todo lo que podía imaginar por poder ver más alto, pero la cotorra no la dejó continuar, certera le aclaró que no se trataba de ese tipo de vuelo. La pereza sonrió en silencio y se acomodó nuevamente en su árbol.

Llegó el día del concurso, un jurado compuesto por zamuros se ofreció planilla en pico. La mosca los dejó hacer, por no dejar. El cigarrón y la avispa conformaron la mesa técnica.

Bachata, salsa, merengue, mambo, joropo, vals y hasta reguetón tuvieron que bailar los concursantes. Los zamuros no se daban abasto para llevar sus cómputos.

Al finalizar el día la mosca se adueñó del micrófono, agradeció a todos sus participaciones y agregó que estaba muy contenta porque había podido aumentar los premios y habría también incentivos para lo que llamó "actuaciones especiales". Habló tanto que el gallo le pidió que agilizara que el tenía que irse a cantar.

Entonces muy orgullosa leyó:
"Primer premio por bailar el vals de las mariposas al querido moscardón.

Segundo premio por su baile de tap para la amiga mosca verde.

Tercer premio por su baile de reguetón a la mosca de los drenajes.

Y por su destacada participación y como actuación especial se le otorga al tábano un premio de consolación."

Chuflas, burlas y pitas, de nada valieron los abucheos, muchos se habían ido a hacer su descanso habitual, cansados de tanto bailar. La mosca siguió entre la basura como es su naturaleza. Al final la vida sigue igual.