Realmente debemos dar gracias al Creador por tener un techo bajo el cual cobijarnos y no tener vicios que nos hagan perder nuestro camino.

Al principio hablas sobre un maestro que se recuesta donde lo atrape la noche. Esos maestros son los que nos recuerdan ese agradecimiento con la vida y sentir compasión por ellos porque también son seres humanos.