Habían recogido todas las cosas de la casa, incluyendo los álbumes de fotos con las más antiguas, realizaban la mudanza a otro vecindario lejano, todo debidamente guardado y empaquetado. Al llegar al nuevo hogar tardaron varios días en percatarse que faltaba el portarretratos con la imagen fotografiada de la abuela en su época juvenil, según la madre ella misma lo habría colocado dentro de una de las cajas de la mudanza embaladas correctamente. Era la única fotografía que existía de la matriarca de la familia, todos la conocían ya que por años estuvo sobre una mesa en el comedor de la casa. La imagen según costumbre del núcleo filial era consultada en momentos de duda, se le pedía orientación.

Carlos el menor de los hermanos de 15 años de edad se encargó de llamar al Señor que en un camión de barandas había realizado la mudanza a la nueva vivienda, este le dijo que no tenía nada, que en su vehículo no estaba ningún portarretratos. La madre vivía lamentando la pérdida del único recuerdo grafico de la abuela. En su lugar colocaron una del grupo familiar sin la señora.

Transcurrieron 25 años desde la mudanza, Carlos asistió a una feria de libros en la ciudad de Caracas en Venezuela lejos de su residencia en Maracaibo. De repente se acerca a una de las mesas de exposición y observa en la portada de un libro la foto de la abuela, el titulo de la obra: Retratos de Ayer, era de un novel escritor amante de la fotografía haciendo una crónica de las estampas del pasado. Compró inmediatamente el compendio y comenzó la búsqueda del autor. Esto le llevo unos días, al fin pudo contactarlo para preguntarle por el retrato que usó en la portada de su texto. El autor le respondió que él es buscador de fotos antiguas, que la había visto en un Foto estudio de la ciudad de Valencia, que a su vez la fotografió y la utilizó como imagen en su obra. Carlos le pidió la dirección al escritor y se traslado a la ciudad mencionada donde supuestamente estaba exhibida en el exterior, en la vidriera, la imagen.

Tocó el cristal del local, mirando detalladamente vio como efectivamente el buscado retrato de la abuela se encontraba en exhibición junto a otras antiguas. Le abrió un hombre joven, al preguntarle que deseaba, Carlos le contó el porqué de su visita y además indagó como en su negocio estaba una fotografía única para él y familiar. El señor le comentó: yo era un adolescente venia pidiéndole a Dios me mostrara que hacer con mi vida, no quería continuar estudiando, de repente suena algo y cae a mis pies el portarretratos con la foto, lo levanté y guardé, lo tomé como respuesta del cielo, dedicarme a la fotografía… aunque en realidad salió volando de un viejo camión de mudanzas, al frenar en una esquina de Maracaibo.