Concurso Arte y escritura/ Semana 63/

Algo especial ocurre en los días lluviosos, creo que así tuvo que pensar Caillebotte cuando realizó este hermoso cuadro. La llovizna induce a una sutil diferenciación en la percepción del tiempo y espacio, existe un antes y después de haber llovido, la fragancia de la tierra humedad, los tonos del paisaje, en esta imagen los adoquines rociados, el brillo de los paraguas … todo cambia tras su paso, inclusive técnicamente más complejo de plasmar en la pintura. Aunque los habitantes de Paris estén habituados, sentirán ese rumor afectivo del agua que los hace de cierta forma grises, sombríos, ya que sol está semi oculto … sin embargo en el fondo la melancolía de la lluvia siempre trae fertilidad, creatividad.

La lluvia es mediadora, entre lo meteorológico y lo espiritual, no obstante que la geografía detalle el mecanismo físico de la precipitación, los fenómenos que ocurren para que surja, el acontecimiento de su presencia no deja de ser algo milagroso, es percibida como una ofrenda celestial, inclusive se dice mucho: una lluvia de bendiciones. En esta obra marcó diferencia anímica, el rocío intervino en la percepción del artista y nos deja un halo de nostalgia. Solo podemos entender esa emoción cuando se la dejamos a nuestra alma, hay a quienes les produce placer, alegría y hay seres como mi caso que nos llenamos de añoranzas en días lluviosos o miedos, en fin desata sensaciones en el espíritu.

Los artistas suelen ver en la lluvia como motivo inspiracional y el autor de la obra no fue la excepción. El hecho que la lluvia provenga del cielo y certifique la continuidad de la vida es significativo, además en los días donde hay agua y sol podamos ver la magia de un arco iris, es todo un arte natural…que acompañado de un ser sensible logra maravillas como: “Calle de París, día lluvioso".

Si no me equivoco creo que los Celtas expresan: “que a veces Dios envía un ángel con cada gota de lluvia”. También en un día lluvioso pero en los andes venezolanos el zuliano Luis Guillermo Sánchez se inspiró y realizó un hermoso vals con el que concluyo esta publicación cito textualmente:

“Muy lejos de mi ambiente
pensando en mi lago,
en la ciudad que un día
me viera nacer,
la lluvia tenaz sigue
e inunda los campos
en la tarde andina,
sin sol y sin luz.”