El mar tampoco recuerda la primera vez que nos miramos, aunque fue frente a él, lo olvidó con el devenir de las olas o el viento que lo mece demasiado para que nunca recuerde lo que sucede en su orilla. Me refiero a cómo te incluí para siempre en mis ojos, conjugada con el ruido del oleaje, ese es mi recuerdo, así jamás podría volver a separarme de tu imagen, solo contemplándola, rodeándome con ella, a lo lejos unas goletas difusas en mi mirada, sé que se acercaban pero para mí solo tú eras cercanía. No me refiero al sitio, ni a lo que allí hacíamos, te observé con mis palabras mudas, sin significado alguno, te hundí en mis pupilas como ese barco con un viejo tesoro, no te percataste, mas allí quedaste, desde ese día fui todas las tardes a la terraza a contemplarte.

No olvido la noche que te vi por última vez, esa vez fuiste con él, sentí que el mar me gritó que me fuera o inundaría mis ojos. Hago referencia a la fecha, el olvido tiene su propio proceso. Dejé que tu imagen se marchara para siempre en la lejanía del horizonte, sin volver a mirarte, desordenándome de ella como el agua se deshace la espuma cuando el sol aparece. Esta ocasión te reflejé en mis palabras mudas, en mis versos tristes, hago referencia a esa terraza, donde me ilusioné con la luna, contigo o con ambas Allí te vi en la dulce espera, de la mano de tu pareja, el agua salada tuvo la razón y siempre es mejor el olvido. Te diste cuenta de mis lágrimas, una tenue bendición de tus manos se despidió de mí y sé que ese mar no recuerda nada de lo que vivimos.

Invito a: @charjaim y @santamorillo