Venezuela Concurso/Semana 11/ Relatos inspirados en mitos y leyendas latinoamericanas / Miguel Vicente y La Sayona
Saludos, estimados lectores.
Con este texto hago mi entrada para participar en el Venezuela Concurso/Semana 11, organizado por @marlyncabrera, con el apoyo de la comunidad VenezolanosSteem, dirigida por @marcybetancourt y @solperez a quienes les deseo el mejor de los éxitos.
¡Todavía están a tiempo! Sean como yo, de las primeras entre los últimos. Participar es fácil, solo tienes que escribir un relato sobre una leyenda latinoamericana, de las que nos cuentan los familiares todo el tiempo.
Fuente
Miguel Vicente y La Sayona
Para Luis García Bello, mi cuñado,
por haberme contado esta fascinante historia
Miguel Vicente tenía 8 años cuando su abuela Victoria se lo llevó a vivir a Carúpano para que cuidara unas vacas en la finca familiar y así dejó atrás su querida isla de Margarita. Transcurría el año 1928. Ya siendo un jovencito se hizo novio de Esperanza, la muchacha más bonita del caserío, con quien pensaba casarse y llevársela a vivir a la isla que tanto añoraba. Estaba enamorado de la joven, pero no dejaban de llamarle la atención otras mujeres, mucho más si eran lindas.
Un tarde se fue solo para el centro de la ciudad a dar un paseo, llevaba muy claras sus intenciones. Como Esperanza le daba largas a sus requerimientos carnales, decidió buscar una prostituta de las que merodeaban por la Plaza Bolívar para satisfacer sus ansias varoniles. Era noche de luna llena y su luz alumbraba casi todos los espacios.
Se le había metido en la cabeza que si le iba a ser infiel a Esperanza tendría que ser con una mucho más bonita que ella. Después de dejar pasar a varias que se acercaron haciendo múltiples ofrecimientos y precios, casi declina de su objetivo porque se estaba haciendo tarde y aquel lugar se estaba quedando muy solo y con muy poca claridad. Si no conseguía nada se iría caminando hasta el caserío, en las afueras de Carúpano. Pero, de pronto, se sentó a su lado la mujer más bella que jamás había visto en toda su vida. Era alta y delgada, de piel muy blanca y cabellera negra, con el rostro de porcelana, como el de una virgen. Miguel Vicente estaba impactado por tanta belleza y no creía su suerte.
Ella no dijo nada, él tampoco. Él esperaba el ofrecimiento y el precio, pero ella se mantuvo callada. Era tan bella que, a pesar de la incomodidad del silencio entre los dos, él decidió acercarse a la mujer. Sin preguntarle nada, extendió su brazo sobre la espalda de ella para abrazarla. Pero lo que abrazó fue un cuero seco, tieso, áspero. Temblando, se separó de ella y salió corriendo de allí, espantado, mientras ella se iba transformando en un ser horroroso.
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Mucho tiempo después logró hablar de nuevo y contó que cuando se separó del cuerpo de aquella mujer logró verle en la cara como dos lámparas de querosén metidas entre los ojos. En el caserío todos estaban al tanto de que esa noche Miguel Vicente llegó a la casa de su abuela encendido en fiebre, que tuvieron que bañarlo entre varias personas porque se orinó y defecó encima, que los excrementos se le salían por las piernas del pantalón, que se le desmayó en los brazos a su tía Victoria, mientras su abuela rezongaba y rezaba porque su nieto se había salvado de las garras de La Sayona.
Saludos madrugadores.
Aquí entre nosotros, un secreto:
De todos modos yo quiero conocer a la de la foto, no importa lo que me pase.
jajajaja Ese es un comentario que esperaría de alguien tan simpático como tú. No te preocupes, @acostacazorla, que nadie lo sabrá.
Seguro tú conoces mucho esa plaza...
En twitter:
https://twitter.com/alidavelasquez6/status/1383906642891182089?s=20
Gracias por participar, @alidamaria :)
Qué gusto verte por aquí :)
El gusto es mío. No quería perderme la participación en un concurso tuyo, @marlyncabrera.
Hola.
Muy bien logrado tu texto. Se deja leer. Me gusta el desarrollo en sitios de nuestro oriente.
Saludos.
Espero que tengas éxito.
Hola, @sandracabrera. Gracias por tu comentario. Sí, de esa manera también apoyamos a la comunidad VenezolanosSteem que quiere resaltar muchos aspetos de este al país. Un abrazo para ti. Muchas gracias por tus deseos.
Muy bien escrito y estupenda versión regional o particular de la leyenda de La Sayona. ¡...Pero, de que vuelan, vuelan! Saludos.
Gracias por tu comentario, @josemalavem. Esa historia me la contó mi cuñado porque le había pasado a su padre, allá en Carúpano. Y desde el principio me enamoré de ella.
Más abrazos para ti.