|Venezuela Concurso/Segunda edición/ Siente la naturaleza/El mar pedazo de cielo que nos regalo dios/ por@alexander062
Saludos a toda la gente bella de la comunidad de venezolanos steem. Comparto con ustedes un poema sobre el mar, como parte de mi participación en este concurso organizado por @evagavilan muchas gracias amiga por tu esfuerzo igualmente a @marcybetancourt y @solperez.
El mar con su inmensidad y misterios seduce, encierra un mundo inexplorado con mensajes ocultos. Turbadora y tensa el vaivén de las olas incansables que se sacuden sobre las rocas y la arena con una opresión abrasiva. Su ímpetu, su fuerza me asombra, la espuma de sus olas, su color azul profundo, su eterno movimiento acongoja mi alma y llena de melancolía.
Yo que nací en las montañas del Turimiquire, te conocí tarde en mi vida, pero te abrase con amor a primera vista. En tus aguas me bañe y tu grandeza temí, la playa de San Luis fue nuestro primer encuentro, alegría rondaba por tus costas, un asombro de experiencia visual, iluminada por el sol sobre tu superficie.
Sabes ser calma, como un espejo reluciente, una sábana azul que se mese quedamente, perturbada de vez en cuando por cardúmenes de peses, que revolotean por tu alma como un rayo de luz. Pero también sabes sublevarte y encrisparte ante la tortura del viento, y te agitas con furia desahogando tu poder contra la costa, que se desgarra y desgasta sin soltar una lagrima, trasmitiéndole terribles sensaciones que serán su pesadilla eterna.
En mi vida todos los recuerdos a tu lado son bonitos, hemos compartido mucho, pero nuca superado por el correar juguetón de mis nenas en tu orilla. Deleita mi espíritu el jugueteo de tu espuma con los pies de mis chiquillas, saltado de alegría con cada ola. Fuiste noble con ellas pues siempre las acogiste bien, le brindaste aventuras en tus aguas y abriste tu corazón para cobijarlas en tus cálidas batientes.
Te admiro gratamente ciento que me pierdo en tu inmensidad. Tú en cuyo seno se originó la vida sobre la tierra y camino cristo sobre tus aguas, tu donde grades barcos han zozobrado, sin sonrojarte ni una pisca por sus náufragos, pero muchos más han llegado a buen puerto. Nos has dados tus frutos, nos has bendecido con tu belleza. Siento que no te hemos tratado bien, nosotros los humano no te hemos correspondido, y por el contrario te hemos hecho un daño mortal. Pero tú nos perdonas con tu sabiduría infinita y con tu renegación espontanea, curas tus heridas, renaciendo constantemente. Esperemos que el menoscabo que te infligimos no llegue a un punto de no retorno, donde tu detrimento sea irreparable y te hallamos condenado y que por ello trasformes nuestro mundo en murallas roídas vengándote de la raza humana con un torrente de amargura.
