Estaban peregrinando, un monje y su discípulo, se encontraron con una casa humilde, el monje para a pedir agua.

El Campesino presenta a su mujer al monje con el discípulo, la mujer los invita a cenar, y les provee de agua para refrescarse y lavarse.

La sra. trae comida y bebida. EL monje pregunta qué hacen para sobrevivir. El campesino les comenta que tienen una vaca que les da leche y con eso hacen el queso, mantequilla y nata, lo que les sobra lo cambian por otros artículos en el pueblo cercano. Luego de cenar, el monje continúa su camino. Al rato, se detiene y le dice a su discípulo:

Pasó el tiempo, 10 años después, el discípulo no dejaba de pensar en ellos, resolvió volver y pedir perdón. Al llegar a la casa, encontró una casa muy grande, grandes establos llenos de vacas y cerdos, habían sembradíos.

Pensó: ¿a dónde habrán ido? un joven lo lleva adentro de la casa, la sorpresa fue grande cuando vió que era la misma familia!

-Hijo, ese día se soltó la vaca, no la encontramos, tuvimos que alquilar los terrenos, sembramos trigo, de la primera cosecha, compramos 4 vacas, todas preñadas, luego de la 2da cosecha, compramos 12 más y la mayoría estaban preñadas. Luego vendimos las vacas compramos casi 100 cerdos, y sin darnos cuenta estábamos vendiendo cerdos a los pueblos vecinos, luego encontramos caballos, compramos tierras y las bendiciones no cesan.

A veces nosotros nos ponemos limitaciones, y nos conformamos con poco, pero trabajando más podemos prosperar.