Un Río Encantado

Mi mamá tenía aproximadamente entre 8 a 9 años de edad, en ese entonces vivía con su hermana mayor, está mandaba a mi mamá a buscar agua en un río cercano de su casa. Pero cada vez que a mi mamá le tocaba esta actividad algo peculiar le ocurría, ella me cuenta que las veces que iba a ese río sola, se le aparecía un hermoso perro de color marrón y ojos brillosos.

Mi mamá tomaba un camino, el cual tenía un míni bajo que daba con la orilla del río . Este camino llevaba a la zona específica de donde mi mamá sacaba agua del río, solo que ella lo recorría arriba del mínibarracanco, hasta que llegaba a un punto donde este se unía con el río.

Pero mientras ella recorria el largo camino, un perro siempre aparecía, el cual tenía un hermoso pelaje de color marrón y una cola que al moverla sin duda llamaba la atención, recorriendo la misma distancia, solamente que a la orilla del río, mientras mi mamá caminaba en la parte superior del míni barranco. No sólo era el perro lo que le parecía extraño, sino que también se escuchaban voces, conversaciones, como si lavaran ropa en las piedras del río, como si cocinaran, que incluso hasta le llegaba el olor a comida.

En esa zona no se encontraban casas cercanas, para decir que eran posibles habitantes de la localidad. Aterrada siempre de estos hechos, mi mamá llevaba consigo piedras, para lanzarlas al perro, cuando este quería intentar subir el mínibarranco para llegar a ella. Lo raro, es que este perro no ladraba, ni emitia ningún tipo de aullido, aun cuando las piedras le atinaba, parecía como si simplemente no le afectaba, porque no mostraba ningún tipo de dolor.

Al final del camino se encontraba un árbol gigantesco, éste cortaba el paso de la orilla del río por donde pasaba el perro, al mi mamá pasar ese árbol se daba cuenta que el perro no estaba, y no se veían rastros de el, simplemente desaparecía. Al regresar a casa, luego de recoger el agua, tomando el mismo camino, asustada de que el perro volviera a salir, se daba cuenta de que este ya no la seguía, y no se vía sobre paradero.

Al llegar a casa, toda asustada le contaba a su hermana mayor, la cual nunca le llegó a creer, acusandola de mentirosa, y que solamente es que no tenía ganas de seguir buscando agua. Este hecho ocurría cada vez que mi mamá iba sola a buscar agua a ese río, porque la veces en las que iba acompañada, no se escuchaban ni las voces, ni aparecía el majestuoso perro de ojos brillantes.

Luego de estos acontecimientos, mi mamá una madrugada, dormida recogió su colchoneta y sabanas, enrollandolas y abriendo la puerta de la casa para irse. Siendo detenida por su cuñado, el cual la observaba e impidió que ella saliera, al detenerla se dió cuenta de que mi mamá aún seguía dormida, aceptando así, que los hechos ocurridos en el río contados por mi mamá eran reales, existiendo la posibilidad de que haya sido un encantamiento lo que se encontraba en ese río.

Desde ese día su hermana nunca la dejó ir sola al río.

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