Pero este apareció de golpe. En años anteriores hubo todo un operativo para montarlo, y hasta se pidió la colaboración de los reclusos con ese fin, pero en esta oportunidad no, apareció allí de golpe, como esas maticas que germinan por su cuenta, en cualquier grieta del pavimento.

El niño estaba en su pesebre, demasiado elegante quizá, si recordamos lo mal que andaba la situación financiera de aquella Bíblica familia.

Pero qué importa, la gente le ponía lo que quería, dándole riendas a su imaginación, los evangélicos le pusieron escarcha, y convirtieron a Belén en el Polo Norte, los gochos le pusieron un río, marrón y galopante como un caballo desbocado, como esos ríos que bajan de la cordillera y se extienden en el llano infinito, los orientales les pusieron pescados de todas clases, corocoros, rayas, delfines, cazones y tortugas y, por último, los directivos de la cárcel colocaron una alcancía en lo más alto, para que la gente colocara su donativo, y pudieran hacer la cena del 24 de diciembre.

Y así, de ese modo, el niño Jesús trajo la unión y la paz en la cárcel, no hubo por esa época más peleas entre los tres pabellones, las armas fueron guardadas, y los pranes hicieron un pacto de no agresión.

La gente como hipnotizada, cautivada por la dulce mirada del niño, se acercaba calladita, se arrodillaba y rezaba para adentro, pensando en los que no estaban, soñando con el día de salir de allí, y sintiendo en la dulzura del híbrido nacimiento, que ese día de la libertadno solo sería posible, sino que estaba muy cerca de llegar.

Invito a mis amigos @hljott, @eudisdiaz y @cruzamilcar63. Aquí información del concurso