The Lord in this passage teaches us how important it is to apply justice in our daily life, because in this way we will obtain blessing and we will prosper in everything.
We are righteous when we help others, being honest we do not pay attention to bad advice that only cause destruction, those who seek to harm us and harm others, if we walk with those people who spend their time gossiping, backbiting and issuing judgments towards others, the Father warns us that we should not hang out with such people.
If we are humble, acknowledge our mistakes and our dependence on God, keep his commandments and fulfill his statutes, we apply justice and the Father sees that act on our part and rewards us.
This Psalm exhorts us to meditate on the Word of God since there we find the key to reach the blessings, for the Word of God is our manual of life and is like a spring that is constantly flowing to teach us in which we find the answers we need, in addition to the right advice for us.
When reading the Scriptures, we must ask God for discernment and in this way we will be able to understand what He wants to teach us, nothing better than to delight in reading it, because in it there is great blessing for us. When the trials come we will be victorious because we will put into practice what we have learned because we have prepared ourselves through the Word of God, which is useful for the Christian, it is a powerful weapon in times of anguish, trial, discouragement, in addition to prayer.
We have the decision: whether to listen to good or bad advice, whether to follow justice or evil, but let us know that all our actions carry consequences according to what we have chosen, as children of God and knowing what are the promises for those who do good, let us be careful with whom we relate, let us choose the right path from which we can enjoy the blessings of our Heavenly Father.
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2 Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará.
4 No así los malos,
Que son como el tamo que arrebata el viento.
5 Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio,
Ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehová conoce el camino de los justos;
Mas la senda de los malos perecerá.
Salmos 1:1-6
El Señor en este pasaje nos enseña cuan importante es aplicar la justicia en nuestra vida diaria, porque de esta manera obtendremos bendición y seremos prosperados en todo.
Somos justos cuando ayudamos a los demás, siendo honestos no prestamos atención a malos consejos que solo provocan destrucción, aquellos que buscan dañarnos y dañar a los demás, si andamos con aquellas personas que se la pasan en chisme, murmuración y emitiendo juicios hacia otros, el Padre nos advierte que no debemos juntarnos con ese tipo de personas.
Si somos humildes, reconocemos nuestros errores y nuestra dependencia de Dios, guardamos sus mandamientos y cumplimos sus estatutos, aplicamos la justicia y el Padre ve ese acto de nuestra parte y nos recompensa.
Este Salmos nos exhorta a meditar en la Palabra de Dios ya que ahí encontramos la clave para alcanzar las bendiciones, pues la Palabra de Dios es nuestro manual de vida y es como un manantial que constantemente esta fluyendo para enseñarnos en el cual encontramos las respuestas que necesitamos, ademas del consejo adecuado para nosotros.
Al leer las Escrituras, debemos pedirle a Dios discernimiento y de esta manera podremos entender lo que El nos quiere enseñar, nada mejor que deleitarnos al leerla, pues en ella hay gran bendición para nosotros. Al llegar las pruebas saldremos victoriosos porque vamos a poner en practica lo aprendido ya que nos hemos preparado por medio de la Palabra de Dios, la cual es útil para el cristiano, es un arma poderosa en los momentos de angustia, de prueba, de desanimo, además de la oración.
Nosotros tenemos la decisión: si escuchar los buenos o los malos consejos, si seguimos la justicia o la maldad, pero sepamos que todos nuestros actos acarrean consecuencias según lo que hayamos escogido, como hijos de Dios y sabiendo cuales son las promesas para los que hacen el bien, tengamos cuidado con quienes nos relacionamos, elijamos ese camino correcto del cual podamos disfrutar las bendiciones de nuestro Padre Celestial.
Bendito Dios... Sea Él ayudándonos a escoger sabiamente dónde estar, con quién, cuándo apartarnos, cuándo hablar y callar.
Amén chinoto!