David se inspiró en el Salmo 145 para ensalzar la majestad y el amor de Dios. Con gran gratitud y aprecio por la majestad de Dios, David declaró:

Te exaltaré, Dios mío, Rey mío,
y bendeciré tu nombre por los siglos de los siglos.
2 Todos los días te bendeciré
y alabaré tu nombre por los siglos de los siglos.
3 Grande es el Señor y digno de gran alabanza;
Y su grandeza es inescrutable.
4 De generación en generación celebrarán tus obras
y declararán tus hechos poderosos. Salmo 145:

Cuán glorioso y gozoso es conocer a Dios como nuestro único Dios verdadero. Vea a Dios por lo que es para la humanidad, como "Rey". David dijo: "Mi Rey".Dios es el único Rey en todo el universo. Dios habita en la eternidad porque su grandeza y gloria no se pueden contener en el universo.

Debemos aceptar la actitud fiel de alabanza de David a Dios y comenzar desde el fondo de nuestro corazón a cantar a Dios por Su majestad y poder glorioso que rodea a toda la creación, natural o sobrenatural.David afirma que alabar a Dios es un motivo diario. No se trata de alabar a Dios cuando quiero o cuando tengo ganas. Se trata de alabar a Dios constantemente y por siempre.

La majestad de Dios es insondable, lo que lo hace digno de la mayor alabanza. La principal razón de nuestra alabanza es Dios. Dios es el motivo más fuerte para la exaltación y el amor; es un ser digno de admiración y de canto eterno ante su trono.De generación en generación serán proclamadas las maravillas de nuestro Dios. A Dios sea gloria y honra.

La majestad de Dios nos guía por el exitoso camino de la alabanza. Alabamos a Dios por la belleza de la gloria de su gloria, y debemos meditar en sus obras majestuosas. La gloria de Dios cubre los cielos y las alturas. La grandeza de Dios se ve en la inmensidad del firmamento y en la majestad de los mares y la tierra. Las misteriosas profundidades de la tierra hablan de la gloria de su magnificencia. Todo el poder de Dios se refleja en el cielo, en los mares y en la tierra y en todo lo que nuestra imaginación no puede captar debido a la profundidad de sus misterios.

En la hermosura de la gloria de tu magnificencia,
y en tus maravillas meditaré.
6 Del poder de tus maravillas hablarán los hombres,
Y yo contaré tu grandeza. Salmo 145: 5-6