Cachorritos en la cama
¡Cordiales saludos comunidad!
Mientras Ilse trataba de conciliar el sueño en su cama, tuvo una idea que le pareció maravillosa, salió de la cama cruzó su cuarto en puntillas y abrió con cuidado la puerta que daba a la sala, la televisión estaba encendida, sabía que su papá estaba en su silla favorita escuchando las noticias y escuchó que su mamá hablaba por teléfono en la cocina.
Ilse bajó silenciosamente por la escalera que conducía al sótano, ahí se encontraba su mascota una perra de raza con sus seis cachorritos, Ilse tomó dos de ellos los sujetó bien y regresó a su recamara cerró la puerta sin hacer ruido y se metió en la cama con los cachorritos, que divertido sus patitas le hacían cosquillas en el cuerpo, Ilse ahogaba sus risitas para no ser oída.
De pronto oyó que alguien subía la escalera hacia el segundo piso, oh, pensó Ilse es mamá que viene a darme las buenas noches , que puedo hacer, empujó a los cachorritos hacia el fondo de la cama , se tapó bien y fingió estar dormida.
Cuando la mamá entró, encendió la luz y le preguntó que estas haciendo Ilse.
Estoy durmiendo mamá contestó la niña.
Que es eso que se mueve en tus pies, preguntó con sospecha la mamá, no es nada mamá, son mis pies.
La mamá echó la ropa de la cama hacia atrás, tomó a los dos cachorritos y le dijo riéndose tienes unos pies muy interesante y peludos.
Ahora me va a castigar, pensó Ilse, me porté mal y mamá me dará mi merecido, la mamá se inclinó besó a su hija y le dijo:
Te quiero Ilse buenas noches, ahora duérmete y no más bromas, cuando la mamá se fue Ilse se sintió muy bien, su mamá la quería aunque había hecho algo que ella no aprobaba , mi mamá es mi mejor amiga, pensó justo antes de dormirse.
Dios es como la mamá de Ilse, no importa que hagamos mal sigue siendo nuestro mejor amigo, su amor es para siempre, no dejará de amarnos no importa lo que hagamos, así son los verdaderos amigos.
El amor de Dios es suficientemente poderoso para super todo asunto presente o pasado.
Las palabras o imágenes de temor pueden alarmarnos si permitimos que así sea, sin embargo, son sólo ideas y las podemos apartar tal como si apartamos con la mano una nube de humo, podemos decidir no hacer caso al temor y afirmar la verdad de que Dios esta presente.