Que la gracia de nuestro señor Jesucristo este siempre con nosotros. Bendiciones

Este pasaje que hemos citado, se refiere precisamente a Israel como siervo de Dios para luz a las naciones. Cuando comienza la dispersión del pueblo de Israel por las naciones del mundo, en el año 70 de la era cristiana, el emperador Tito va a Jerusalén y destruye toda la ciudad y el templo, cumpliendo así la profecía de Jesús que había dicho, que no quedaría piedra sobre piedra del templo de Jerusalén.

En una oportunidad los discípulos se acercaron a Jesús para mostrarle los edificios del templo. “Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedara aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”. Mateo 24:2 Había una creencia que dentro del templo, en algún lugar, se escondía una cantidad importante de oro, entonces cuando Tito se apoderó de la ciudad, no fue suficiente destruir el templo, sino que mandó desmontar todos los bloques de piedra (cada piedra del muro del templo pesaba toneladas), con el objeto de buscar el botín, ¡hasta que no dejaron piedra sobre piedra!, tal cual la profecía.

Hubo una matanza extraordinaria en el año 70 DC, de tal manera que los judíos huyeron a las naciones vecinas, cumpliéndose así también las palabras de Jesús, que llorando sobre una colina dijo: “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! He aquí, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor”.

Lucas 13:34-35 ¡Esta profecía se cumplió literalmente! El templo fue destruido, no quedó piedra sobre piedra, Jerusalén y las ciudades de Israel fueron asoladas y los judíos tuvieron que irse a vivir a otras naciones; nunca más volvieron a Israel en 2000 años. El pasaje que hemos citado al comienzo se refiere a esta dispersión.

Luego, Isaías 49:3 dice: “y me dijo: Israel, tu eres mi siervo. En ti me glorificaré”

La Biblia Textualmente nos dice Precisamente cuando vino la dispersión del pueblo de Israel, comenzó la predicación del evangelio de Jesucristo (que era un judío) por parte de sus discípulos, que también eran judíos, a todos los gentiles. De ese modo, el evangelio del reino de los cielos es conocido entre los gentiles, y los discípulos, que son todos judíos, comenzaron a predicar en todas las naciones. ¡Y nuevamente son perseguidos por predicar el evangelio del reino! Porque en el imperio romano el “señor” era el Cesar, y los cristianos decían que Cristo era “el Señor”. De modo que cuando oían a estos cristianos decir que Jesucristo era el Señor, los perseguían, y éstos huían, ¡pero mientras huían iban predicando el evangelio! ¡Las buenas nuevas de Cristo entraron en todas las naciones! ¡La palabra de Dios se ha cumplido literalmente hasta el día de hoy!

Pero que Israel pudiera establecerse algún día, después de 2000 años, nadie pensaba que eso podría suceder. Dice el pasaje que leímos: “Mientras yo me decía se refiere a Israel: “En vano me he fatigado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas, en realidad mi causa estaba siendo defendida por Jehová,..”

Reflexión para los tiempos de hoy

Esta palabra no es solamente para Israel, sino para aquellos que no le encuentran sentido a su vida y se preguntan: “¿Por qué existo y por qué vivo?” Conozco muchas personas que llegaron a la iglesia diciendo: “Yo no quiero vivir, ni tampoco sé para qué vivo”… pensaban así, tal cual menciona este pasaje, sin embargo creyeron que su causa estaba en las manos de Dios. Un día llegaron a la iglesia, escucharon la Palabrade Dios, fueron despertados y Dios les mostró que habían nacido para otra cosa, no para el suicidio, no para la muerte, no para la debilidad, ni para la desesperanza, la amargura, o la tristeza, sino para la vida.
“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” dijo Jesús (Juan 10:10)

Yo soy un hombre feliz y le puedo decir al que sea, mirándole a los ojos: “¡Tengo una vida abundante! ¡Tengo una vida de bendición!”. Si me preguntan, ¿por qué? No es por la esposa preciosa que tengo, ni por las hijas preciosas que tengo, porque me las dio el que me dio esa vida abundante, y en esa vida abundante ha incluido a mi familia, a mi iglesia, ¡y también ha incluido esperanza! No me fatiga una circunstancia adversa, yo se que más allá de esa circunstancia adversa, Dios tiene planes y propósitos conmigo. Las circunstancias adversas son temporales, van a pasar, ¡pero yo no voy a pasar! ¡Cristo me ha dado vida eterna! ¡Yo soy más que las circunstancias! ¡Dios me ha escogido y me ha llamado!

Oración y restauración

“Padre querido, oro por cada persona que recibe esta palabra. Que venga tu Espíritu Santo, tu gracia y tu poder. Gracias, porque tú no miras la multitud, sino que miras al pobre y al quebrantado de corazón. ¡Tú miras al que tiembla a tu palabra! Esta palabra profética, esta palabra de futuro, está llegando al corazón de gente débil y quebrantada a quien tú le estás diciendo que su causa está en tus manos. Les bendigo en esta hora Padre y creo que la palabra sembrada dará a luz vida, gozo, paz y esperanza. En el nombre de Jesús hago esta oración, amen”🤗🤗👼👼
Dios nos bendiga y nos guarde para siempre.