Dios no te deja ni te abandona

Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Josué 1:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Siempre repetimos esta expresión: “Aunque mi padre y mi madre me dejaren, Jehová con todo me recogerá”. Dios siempre será ese Padre fiel que estará dispuesto a proteger a sus hijos. Si leemos los medios de comunicación, encontraremos informaciones por ejemplo de una madre que haya dejado a su hijo recién nacido en un lugar determinado o un padre que por diferente causa abandonó el hogar y dejó a su familia.

Dios marca la diferencia como un Padre muy especial y amoroso. El Señor prometo no dejarnos ni abandonarnos, ni entregarnos a situaciones que sean de peligro para nosotros.
El amor de Dios es fiel y permanece como un escudo protector alrededor de sus hijos.

Dios le prometió a Josué su presencia continua así como lo había hecho con Moisés. El cuidado de Dios con Josué e Israel fue de manera tal, que Dios se encargó de pelear todas las batallas requeridas para conquistar la tierra prometida. Fue de mucha dicha para Josué saber que Dios no lo iba abandonar ni dejar en manos de sus enemigos, sino al contrario, Dios pelearía por su pueblo todas las batallas necesarias para darles la victoria y la tierra que les había prometido.

Dios como todo un caballero, cumplió fielmente lo que había prometido y Josué alcanzó todas las victorias necesarias sobre sus enemigos. Los ojos de Josué vieron cuando el Señor abrió el Jordán, cuando derribó los muros de Jericó e incluso cuando Dios detuvo el sol en Gabaón y la luna en el valle de Ajalón. Fueron muchos cosas glorias y maravillosos que Dios hizo en los días de Josué como un fiel cumplimiento de su palabra cuando le dijo: “No te dejaré ni te desampararé”.

Hoy esa promesa es sobre el pueblo cristiano. Esa promesa, querido amigo es para usted y para mí. Hay que creerle a Dios y caminar con mucha lealtad con el Señor, sabiendo que en Él tendremos toda la protección necesaria.

Dios no es un Padre irresponsable. Dios es un Padre muy ejemplar, el cual sostiene y sustenta a sus hijos con la diestra de su justicia, que es Cristo Jesús.

Decide caminar hoy con confianza delante de Dios, porque Él no te dejará ni te desamparará.