Español

Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.

Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

Un hombre que estaba lleno de ira en su corazón murió repentinamente. Cuando estaba a punto de entrar por las puertas del cielo, los ángeles que lo custodiaban le negaron la entrada. Cuando el hombre preguntó, ¿por qué? Los ángeles le dijeron que cuando aún vivía, su corazón estaba lleno de ira y arrogancia.

La muerte es incierta, puede llegar a nosotros en cualquier momento. ¿Qué pasa si de repente morimos con el corazón lleno de ira y arrogancia? Muchos han sido llevados a la perdición por la ira y la arrogancia, pero muchos de nosotros todavía no aprendemos la lección. La ira y la arrogancia son enfermedades emocionales que se originan en nuestros egos, alto sentido de nosotros mismos y nuestra falta de humildad.

En nuestro evangelio encontramos a Jesús dándonos lecciones sobre la humildad. Él nos dice: si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda en el altar, ve primero y reconcíliate con tu hermano, y luego ven y presenta tu ofrenda

No es fácil empaparse de humildad, pero si solo sabemos que la humildad nos acerca a Jesús. Si tan solo supiéramos que la humildad nos ahorraría muchos problemas, incluso los más graves. No lo pensaríamos dos veces para practicar y absorber la humildad, incluso podemos correr tras ella y aferrarnos a ella.

_{Imagen De Dominio Publico Fuente}

English

Jesus said to his disciples: I assure you that if your justice is not superior to that of the scribes and Pharisees, you will not enter the Kingdom of Heaven. You have heard that it was said to the ancestors: Thou shalt not kill, and he who kills must be brought before the court.

But I tell you that everyone who is angry with his brother deserves to be condemned by a court. And anyone who insults him deserves to be punished by the Sanhedrin. And whoever curses him deserves Gehenna of fire. Therefore, if when presenting your offering at the altar, you remember that your brother has some complaint against you, leave your offering before the altar, go reconcile with your brother, and only then present your offering again.

Try to reach an agreement with your adversary at once, while you are walking with him, lest the adversary hand you over to the judge, and the judge to the guard, and they put you in prison. I assure you that you will not get out of there until you have paid the last penny.

A man who was filled with anger in his heart suddenly died. As he was about to enter the gates of heaven, the angels guarding him denied him entry. When the man asked, why? The angels told him that while he was still alive, his heart was full of anger and arrogance.

Death is uncertain, it can come to us at any time. What if we suddenly die with a heart full of anger and arrogance? Many have been led to perdition by anger and arrogance, but many of us have not yet learned the lesson. Anger and arrogance are emotional illnesses that stem from our egos, high sense of self, and our lack of humility.

In our gospel we find Jesus giving us lessons on humility. He tells us: if you bring your gift to the altar, and there you remember that your brother has something against you, leave your gift there on the altar, go first and reconcile with your brother, and then come and present your gift.

It is not easy to soak up humility, but if we only know that humility brings us closer to Jesus. If only we knew that humility would save us from many problems, even the most serious ones. We would not think twice to practice and absorb humility, we can even run after it and hold on to it.

_{Public Domain Image Source}