¡La Piña se pudrió! - Reflexión

in HeartChurch3 years ago (edited)

Amigos de HeartChurch ¡Que alegría saludarlos de nuevo!

Como ya se me ha hecho costumbre contarles de qué manera Dios bendice mi vida, pues hoy les contaré lo que me pasó esta mañana. El anhelo de mi corazón siempre será que ustedes sean tan bendecidos como yo con estas pequeñas enseñanzas y de esta manera poder aprender juntos.

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Foto propia: La piña que compró mi mamá.


-¡LA PIÑA SE PUDRIÓ!-

    Esas fueron las palabras de mi madre mientras tomábamos el desayuno. Mi mamá se llama Palmenia, ella es la que siempre nos consiente todos los días y mientras desayunábamos, me comentaba que había comprado una piña y la colocó en la cesta de frutas que tenemos en la cocina y cuando fue a picarla, se encontró que estaba podrida por un lado. ¡Hija, tan bonita que se veía la piña y estaba podrida! -me dijo.

"Tan bonita que se veía la piña y estaba podrida" Esas palabras retumbaron en mi cabeza y mientras meditaba en ellas, surgieron estas preguntas: ¿Cómo estoy yo por dentro? ¿Qué cosas guardo en mi corazón que no le agradan a Dios? ¿Las cosas que estoy diciendo, son buenas o malas?

    Les confieso que fui bastante confrontada con esto, podemos aparentar delante de las personas pero Dios es quien verdaderamente conoce quienes somos y cómo estamos.

La palabra de Dios nos dice que:

Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.
Lucas 6:45 (Versión NTV).

    Es probable que estemos en el lugar que nos corresponde estar y ante los ojos del hombre nos veamos hermosos, contentos y felices pero en realidad, en ciertas áreas de nuestra vida, estamos podridos. Nos sentimos desdichados, infelices y miserables; tenemos resentimiento, falta de perdón, celos y/o envidia. Pero, ¡Que bueno que tenemos un Dios que lo sana y lo restaura TODO! El primer paso es reconocer y aceptar que necesitamos la intervención de Dios en nosotros, ser humildes y dejar que sea Él quien nos cambie. Él es el único que puede transformarnos en esos hombres y mujeres que reflejen la hermosa obra que Él ya dijo que empezó en nosotros.

Que nuestra oración sea Salmos 139:23-24:

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno. Salmos 139:23-24 (Versión RVR1960).


¡Bendiciones amigos!

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