Brillando en medio de un apagón

El pasado viernes, los venezolanos constatamos, una vez más, cómo se entorpece nuestro mundo cuando falla la energía eléctrica...

_{Realizada en PowerPoint/ Imagen propia/ F}

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🕯️¿Qué fue lo primero que te vino a la mente cuando te enteraste de que era un apagón nacional?

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No me enteré de inmediato que se trataba de un apagón general, pero sí sospeché que se trataba de eso porque, por más que intenté que mi teléfono, que tiene una línea Movilnet, agarrara datos, se me hizo imposible. Me di cuenta de que desde las tres y media de la mañana no había llegado ningún mensaje y eso me indicó, más o menos, la hora a la que se ausentó la energía eléctrica.

Cuando, a través del celular de mi esposa, nos enteramos de la situación nacional, en seguida mi mente se remontó hacia unos dieciocho años atrás, todavía no había comenzado el éxodo masivo de venezolanos. En esa oportunidad, una ingeniera electricista, que trabajaba en Guri, estuvo en la universidad solicitando todos los programas de las asignaturas que cursó durante su carrera, además de otros papeles, porque tenía planes para marcharse a trabajar en el exterior.

Debido a que en ese tiempo aquello era algo muy raro, le pregunté cuáles eran sus razones para dejar un empleo aquí, con el fin de probar suerte en otro país. Su respuesta fue contundente: En la central hidroeléctrica, me dijo, eso es un desorden total. No hay mantenimiento ni reposición de equipos y el nuevo personal no sabe nada prácticamente de los procesos que allí se realizan. Dentro de unos años, eso seguramente va a colapsar y acusarán a los empleados de ese desastre. Cada vez que hay un apagón, recuerdo eso…

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🕯️¿Te afectó la electricidad directamente en tus actividades diarias?

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Nuestro apartamento se encuentra en un cuarto piso, por lo tanto, si no tenemos electricidad, tampoco contamos con agua en los grifos, y resulta demasiado incómodo cocinar sin disponer del vital líquido; no podía encender la computadora, que es donde yo trabajo, para comenzar a realizar las correcciones en un documento académico que me habían encargado con carácter de urgencia. Mi teléfono móvil, como ya mencioné, no tenía datos, por lo cual no podía siquiera ingresar a Steemit para revisar algunas publicaciones u otorgar votos y comentarios. Ese día teníamos que salir a comprar los botellones de agua potable, sin embargo, con el ascensor detenido, resultaba muy difícil para nosotros subirlos. Todo estaba complicado, porque es muy difícil la vida sin electricidad en estos tiempos.

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🕯️¿Permaneciste en calma y con la mente positiva o entraste en desesperación en algún momento?

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En cierto modo, ya estamos acostumbrados a los apagones, no son muy extraños durante estos días, este solo era un poco más largo. Lo más urgente que debía hacer era la corrección del trabajo, pero pensé que en cuanto se restableciera la energía eléctrica me pondría en eso y, en menos de tres horas, si no había más contratiempo, estaría listo. Decidimos, por otra parte, que comeríamos, mientras tanto, algo muy fácil de preparar para no complicarnos ante la falta de agua. Salimos un momento a un abasto de asiáticos que está cerca y, aunque ya estaba a punto de cerrar, porque la una planta eléctrica que les proveía energía estaba fallando, logramos comprar pan, galletas y unos enlatados. Tratamos, en fin, de solucionar lo inmediato y esperar sin preocuparnos demasiado.

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🕯️¿Cómo hiciste para brillar en medio del apagón, cómo resolviste para realizar algunas actividades que requieren de energía eléctrica?

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Una de las contingencias que, de repente, me descolocó fue el encendido de una hornilla de la cocina. Esta funciona con gas, pero prende con un chispazo eléctrico que le proporciona uno de los botones. Por un momento, no supe qué hacer. Los fósforos que, de manera preventiva, teníamos en uno de los gabinetes no estaban allí; los busqué por más de media hora y nada. Recordé entonces, de pronto, que en una gaveta del clóset había un viejo encendedor que jamás había usado. Lo probé y solo emitía una chispa, pero esta fue suficiente para encender la hornilla.

El documento que debía revisar, por otra parte, lo tenía también en el teléfono. Como no podía hacerle las correcciones directamente, decidí entonces asentar en la aplicación de notas el número de las páginas a las que había que hacerles alguna modificación; así pude precisar de antemano hacia dónde debía dirigir la atención, una vez que pudiese encender la computadora y dedicarme a trabajar en ese texto. En esta zona, por fortuna, la luz llegó a la una de la tarde y, aunque hubo algunos bajones, no se volvió a ir.

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_{Nota: Las imágenes que no están referenciadas con su fuente pertenecen al autor y fueron tomadas con la cámara del teléfono móvil, modelo: Samsung SM-A135M.}